Los nombres de Cesáreo Alierta y Gómez Laguna también desaparecerán del callejero de Zaragoza. El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) explicó ayer que se van a modificar «todas las calles hasta la entrada en vigor de la Constitución» en aplicación de las leyes de Memoria Histórica y Memoria Democrática. Por ahora se desconoce cuándo se hará, ya que la actualización de los nombres se está haciendo de forma progresiva en base a un informe de la Universidad de Zaragoza.

El PP denunció el «atropello» que significa la decisión unilateral y «sectaria» de ZeC de cambiar el nombre a varias calles y destacó la dedicada al alcalde Miguel Merino, ubicada en el barrio rural de Villarrapa, que aunque no fue elegido por las urnas sí se le designó una vez muerto Franco, en 1979, para seguir como concejal de UCD.

Llama la atención que ZeC haya optado por retirar la placa de Merino antes que la de otros alcaldes que sí ejercieron durante la dictadura franquista, como fue el caso Gómez Laguna, primer edil de Zaragoza entre 1954 y 1966 el de Cesáreo Alierta, que ejerció desde 1966 hasta 1970.

Desde el Gobierno municipal no pudieron explicar los motivos por los que se había decidido cambiar unas placas antes de que otras, pero aseguraron que forman parte del listado que siguen elaborando en la Universidad de Zaragoza y que, por tanto, acabarán siendo sustituidas por otros personajes de gran relevancia histórica en los próximos meses.

El nombre de Merino será sustituido por el de Pilar Ponzán Vidal, maestra de Huesca que tuvo que exiliarse durante la guerra civil y que relató las peripecias de su hermano Francisco, conocido anarquista.

Desde el PP criticaron que «llamar franquista a Miguel Merino es un insulto gratuito que solo puede proferir una persona inculta» y advirtieron que «no consentirá que se ensucie la memoria de este alcalde y de otros como Mariano Horno Liria».