A fecha de hoy, comienzo de Semana Santa y de un periodo de descanso para gran parte de nuestro tejido industrial y productivo, parte de este conjunto, los trabajadores, no podrán tener ese merecido descanso, ganado con sus días de trabajo. Catorce trabajadores no podrán preparar y planificar sus vacaciones, no podrán llevar a cabo todo lo que ellos y sus amigos, padres, novias y novios, habían planeado. Ellos sufren su particular vía crucis.

¿Hasta cuándo y hasta dónde tenemos que esperar para que las autoridades laborales tomen las medidas pertinentes al respecto? Cincuenta, cien, doscientos... No es una cuestión de números sino de personas.

¿Cuándo va a comenzar la Fiscalía a actuar de oficio? ¿Cuándo el ISSLA va a dejar de ser la cara amable de la prevención? ¿Por qué no lo dotan adecuadamente?

Espero que todas estas cuestiones y preguntas sirvan para que los organismos pertinentes tomen las decisiones para solucionar un gran problema dentro del mundo laboral: que se respete el derecho a la vida dentro del marco del desarrollo y aplicación de la ley de prevención de riesgos laborales. Con su aplicación real y no formal sería más que suficiente para paliar esta grave situación.

Sirvan estas palabras para el recuerdo de todos y cada uno de los catorce compañeros fallecidos en accidente laboral.