En la lista de los 95 sectores que podrán beneficiarse de los 7.000 millones de euros de ayudas directas del Gobierno de España no figura la industria del calzado, un sector clave para la comarca del Aranda cuya crisis se ha agudizado precisamente debido a la pandemia. Las patronales del sector tanto a nivel de Aragón como nacional han alzado la voz para reclamar que puedan acceder a las medidas extraordinarias de apoyo a la solvencia empresarial en respuesta a la pandemia —establecidas en el real decreto-ley 5/2021— ante «la situación tan delicada» a la que se enfrenta.

Lo cierto es que esta ha sido una de las actividades más golpeadas por la crisis económica provocada por el coronavirus. Al comienzo del 2020, Aragón contaba con 61 negocios de la industria del calzado y el cuero generadores de empleo. Un año después quedan en activo 40, lo que supone que se han perdido el 35% de las firmas que había con trabajadores en plantilla, según un estudio experimental del Instituto Nacional de Estadística (INE) que analiza la supervivencia empresarial en el año de la pandemia.

«Es una incongruencia muy grande no estar en el plan, cuando además sí aparecen proveedores y clientes», criticó José Antonio Sacramento, presidente de la Asociación de Fabricantes de Calzado y Afines de Zaragoza y Provincia (AFCYA), que agrupa a unas 25 empresas. Lo chocante es que sí han sido incluidos a los fabricantes textiles, las tiendas de calzado y ropa o loa mayoristas de cueros y pieles. «No entendemos porque estamos excluidos, por qué se rompe la cadena de valor del sector», señaló.

La decisión es «doblemente injusta», señaló, con unas empresas al inicio de la crisis sanitaria «hicieron un esfuerzo extra y pusieron todos sus recursos a disposición» de la fabricación de mascarillas, EPIS y calzado especializado para sanitarios y profesionales en la primera línea. «Este es el momento de reconocer el esfuerzo del sector del calzado y darles el oxígeno que estas medidas suponen», reclaman desde el sector.

Situación de "tensa calma"

Sacramento recordó que la pandemia ha afectado de lleno a esta actividad. por el cierre general de las zapaterías al inicio de la pandemia y la caída de las ventas que se arrastra. «Nuestros clientes estuvieron cerrados varios meses, no se pudo servir buena parte de la producción y hay mucho estocaje de la temporada», explicó. La situación actual del calzado aragonés es, agregó, de «tensa calma». «Hay mucha preocupación por ver qué ocurrirá en las próximas temporadas, si el covid nos dará un respiro y volverá subir el consumo», apuntó.

Mientras, el Departamento de Industria del Gobierno de Aragón prevé poner en marcha en los próximos dos o tres meses líneas de ayudas específicas para este sector siguiendo las recomendaciones y conclusiones del plan estratégico de la comarca del Aranda, cuya elaboración se ha completado a principios del 2020. Este estudio llega dos años después de que se anunciara su elaboración. El retraso se ha ido demorando por diversas factores, entre ellos la pandemia, y en fechas recientes ya se ha dado a conocer a los empresarios

La DGA cuenta en los presupuestos para este año con una partida de 300.000 euros para las empresas de confección textil y calzado. En los próximos días se pondrá en marcha una primera línea de ayudas de 50.000 euros. También la comarca está trabajando de manera coordinada con el Ejecutivo aragonés para colaborar en esta inyección económica con el objetivo de que esta industria mejore la competitividad y ponga en marcha proyectos de digitalización, innovación y apertura de mercados.