Saben que dentro de unos días se elige rector y que tienen derecho a voto, pero apenas conocen a los candidatos. Ni siquiera han decidido si acudirán a las urnas. Son Laura, Susana, Alejandro, Miguel Angel y Juan, cinco futuros ingenieros que estudian en el Centro Politécnico Superior y que reconocen que están más preocupados por su carrera (y por la vida universitaria) que por la institución.

"El voto de los estudiantes apenas tiene peso, así que no nos vamos a molestar mucho por conocer a los candidatos si al final el rector será el que quieran los profesores", argumenta Alejandro. "Hay mucho politiqueo", apostilla Juan. "Por eso los candidatos tampoco se esfuerzan mucho por darse a conocer", prosigue Susana.

Miguel Angel vio el otro día en televisión a uno de los candidatos, pero tampoco le prestó mucha atención: "Es que una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen". Si se les pregunta por los nombres de los candidatos, incluso dudan. Se miran y poco a poco van saliendo los tres nombres. "Pero no sabemos mucho de ellos. Yo espero enterarme un poco esta semana y a lo mejor voto el próximo día 31", señala Juan.

Un centro de prestigio

De todas formas, todos ellos llevan ya más de tres años en la Universidad de Zaragoza, y la visión que tienen de la institución no es mala. "Creo que en el Centro Politécnico Superior, además, estamos mejor que en otras facultades", apunta Laura. "Estamos en uno de los centros de ingeniería más prestigiosos de España, o al menos eso nos dicen", añade.

Respecto a la docencia, no tienen quejas. Los profesores les parecen buenos. Aunque no siempre comparecen en clase. "Por desgracia nos ha pasado más de una vez que una asignatura empieza un mes tarde o se suspende durante semanas porque falta profesor, y los que lo acabamos pagando somos nosotros", resalta Miguel Angel.

En cuanto a las infraestructuras, echan de menos instalaciones deportivas en el campus del Actur. "Y más sitio para estudiar, porque la sala de lectura del edificio viejo apenas tiene capacidad para cien personas", recuerda Susana. "En el edificio de los ingenieros técnicos hay una sala muy amplia, pero también está muy demandada", subraya. Pero tampoco se quejan excesivamente. "Este campus está mejor que otros, aunque el problema es que está muy lejos y estamos como aislados del resto de la universidad", indica Miguel Angel.

Este alumno vive en Los Enlaces y todos los días tiene que coger dos autobuses para llegar al campus. "Tardo unos 40 minutos en llegar hasta el CPS, así que muchos días también me tengo que quedar a comer", dice. Y así surge otro problema: "El menú de la cafetería cuesta 3,60 euros, y la verdad es que a la larga es bastante dinero".

El precio de los estudios

Al hilo de este problema se plantea una cuestión. ¿Es cara la universidad? Los cinco asienten: "Sí". Todos ellos aseguran que el precio de sus matrículas puede llegar hasta los mil euros. "Es una barbaridad para tratarse de una universidad pública", opina Susana.

"Y la cantidad puede subir mucho más si tienes que hacer segundas y terceras matrículas", según Alejandro. "Además, entre libros y fotocopias te puedes acabar dejando una pasta", prosigue. "Alguno de los libros que nos recomiendan vale casi 200 euros", destaca Juan.

Y después de hablar de dinero la conversación vuelve a girar sobre las elecciones. "Nos parece algo lejano", asegura Miguel Angel. "Sí, es algo como muy distante", remacha Alejandro. De todas formas, el próximo miércoles quizá se acerquen a votar. "A lo mejor me animo", concluye Juan.

En sus manos y en las de otros 37.000 estudiantes está el nombre del futuro rector de la Universidad de Zaragoza. Hasta ahora, al máximo responsable del campus lo elegía el Claustro, pero la LOU ha implantado el sistema de sufragio universal ponderado. El peso de los alumnos será del 21%.