La climatología adversa de este verano ha propiciado que la temporada de piscinas en Zaragoza se cerrara el pasado domingo con un balance global de 786.251 usos, un 6,52% menos con respecto a la campaña del 2013 y el peor registro de los últimos años en la capital aragonesa. Y eso que los datos obtenidos en el mes de septiembre han remontado la caída de los meses de julio y agosto, ya que si al concluir la campaña una semana más tarde, con mejores temperaturas que en muchos días de los dos meses anteriores, han mejorado los datos del peor ejercicio de los últimos años.

Lejos quedan ya los 941.037 usuarios contabilizados en el 2011, los 965.295 del 2012 y son casi 60.000 bañistas menos que el año pasado (hubo 841.086 usos), una disminución progresiva que en solo tres años ha sido de casi un 20% en Zaragoza.

En el cómputo global de este año, una temporada más, las instalaciones que más afluencia han obtenido han sido las de La Granja, con 87.360 bañistas, el Actur, con 70.868, y el Alberto Maestro, con 63.091. Por meses, julio fue el que más usuarios contabilizó, con 308.545, pero lejos de los 471.271 del año pasado, y con menos diferencia sobre agosto, que tuvo 253.739, y que sí mejoró las cifras del 2013, cuando hubo 250.539.

De las 22 piscinas municipales, las que menos usos registraron en esta temporada fueron la de Garrapinillos (con 11.566 bañistas), la de Movera (con 13.024) y la de Peñaflor (con 13.183).

Ahora tocará analizar los resultados de una campaña que mantenía los mismos días de apertura que otros años, 93, y que retrasaba una semana el final (hasta el pasado domingo), aunque la primera lectura que hacen los técnicos municipales apunta a que la climatología adversa ha sido decisiva en esos resultados, más que cualquier otra circunstancia organizativa o de gestión.