El campo aragonés ha lanzado este sábado un grito de socorro en Calatayud. Unas 2.500 personas y cerca de 150 tractores, según las organizaciones convocantes, se han manifestado por las calles de la capital bilbilitana para clamar por la supervivencia de las explotaciones familiares y, en definitiva, del medio rural aragonés. La protesta, secundada en bloque por las cuatro organizaciones agrarias de la comunidad (UAGA, Asaja, UPA y Araga) y las cooperativas agroalimentarias, comenzó a gestarse hace algo más de un mes para denunciar la agónica crisis de precios que están sufriendo los fruticultores, pero finalmente se ha convertido en una firme defensa de todo el sector primario.

«Nuestros costes de producción no dejan de subir y no podemos hacer nada porque, a diferencia de otros sectores, no podemos repercutir las subidas en nuestros productos», ha lamentado Pascual Serrano, un agricultor de 64 años poco antes de que comenzara la manifestación a las 11.00 horas. A lo largo de la marcha, que ha transcurrido sin incidentes, los asistentes han lanzado proclamas como 'Esta es la lucha del medio rural' y han portado pancartas en las que se podía leer 'Somos de pueblo y queremos seguir siéndolo' o 'Nosotros cuidamos los municipios y la tierra, pero ¿quién cuida de nosotros?'.

Todos los manifestantes, llegados desde Fraga, Caspe, Daroca, Borja, Tarazona, La Almunia e incluso Lérida y La Rioja, han insistido en que lo que está en juego es la viabilidad del medio rural. «Vivimos en Villalengua, tenemos dos hijos de 8 y 10 años y queremos seguir viviendo aquí, pero si el modelo de explotación familiar se acaba adiós a los pueblos», ha indicado Alba Júdez, una fruticultora que ha viajado desde este municipio a 28 kilómetros de Calatayud junto a otros 50 vecinos.

El sector de la fruta ha sido uno de los más golpeados en los últimos años debido al veto ruso y unos precios que no cubren «ni los costes de producción». «Este verano hemos cobrado entre 30 y 35 céntimos el kilo, lo mismo que nos cuesta producirlo», ha denunciado el corresponsable de fruta de UAGA, Óscar Moret, que ha recordado que la marcha se ha celebrado en Calatayud por ser la zona más golpeada por la climatología.

La de este sábdo no es la primera gran protesta que impulsa el sector (en el 2017 llegaron a cortar la A-2 en Fraga), pero sí la primera en la que todas las organizaciones van unidas. Sus máximos responsables han exigido unos precios en origen «dignos», acabar con la especulación en la cadena alimentaria o que las ayudas de la PAC se destinen solo a los profesionales del campo. «Además, si queremos salvar a los agricultores más perjudicados, la administración debe plantear ayudas directas», ha asegurado el líder de UAGA, José María Alcubierre.

Respecto a la ley de protección de la explotación familiar anunciada el viernes por la DGA, las organizaciones han pedido celeridad porque «muchos agricultores se están ahogando». El sector ya baraja nuevas marchas en Zaragoza e incluso Madrid si no llegan soluciones.