El futuro estadio olímpico de Pekín, donde China abrirá y clausurará los próximos juegos del 2008, muestra una futurista cubierta vegetal y está firmado por el despacho inglés de arquitectos Arupsport, el mismo que construyó el campo del Manchester y que ha enviado su currículum al Ayuntamiento de Zaragoza para optar al diseño de la nueva Romareda. Este equipo y otros 29 que han respondido al enésimo concurso de ideas convocado en torno a la más polémica instalación deportiva de la capital aragonesa forman un bloque compacto de aspirantes a cual más laureado, con obras de calado desperdigadas por Europa y Asia.

La red rebosa imágenes de atrevidos estadios ya estrenados o en construcción, como el espectacular Allianz Arena de Munich, ideado por los mismos Coll-Barreu que se presentan en compañía de Francisco Mangado. O el olímpico de Berlín, con su gran visera casi flotante, que se mezcló en las mesas de dibujo de los alemanes GMP Architekten entre planos de aeropuertos, su especialidad.

Algunos de currículum internacional conocen bien los concursos españoles y reinciden, como el británico Chipperfield, responsable de la premiada reconversión del Ovalo de Teruel. Otros de nombre foráneo y despacho en Madrid, como Reid Fenwick, tienen entre manos proyectos en Barcelona: el nuevo estadio de Espanyol que se estrenará en Cornellá.

Bofill, ganador del anterior concurso para llevar La Romareda a Valdespartera --ahora parece que se queda donde está-- prueba suerte de nuevo y promete otra idea, más imaginativa que la anterior. José Manuel Pérez Latorre, aragonés que ya ha construido en la misma zona el Auditorio y el edificio de la CAI, quiere rematar el trabajo con un nuevo estadio y centro comercial en colaboración con Manterola, experto en puentes.

Y repiten viejos conocidos que ya concursaron en la propuesta de campo en un nuevo barrio periférico que defendía el PP en la pasada legislatura: César Portela, los citados Bofill y Mangado, Estudio Lamela y el zaragozano Joaquín Sicilia.

Otro despacho que quiere participar y que ya ha revisado al detalle la zona de La Romareda es el madrileño Cano-Lasso. Sus arquitectos diseñaron 900 viviendas repartidas en rascacielos para cumplir con los antiguos planes de PP, que recalificaba el solar y llevaba el campo a Valdespartera. Son autores, también, del estadio en el que se ratificó la viabilidad técnica y económica de reconstruir el campo donde ahora está. El viernes, un jurado elegirá a los siete que idearán la nueva Romareda