Entró el nuevo consejero de Hacienda, Javier Campoy, al hemiciclo y emulsionaron todos los flashes. Flanqueado por el portavoz del PP, Antonio Torres, ocupó su nuevo escaño, en primera línea de fuego. Echó la vista a su izquierda y encontró el vacío: ni el consejero de Presidencia, Roberto Bermúdez de Castro ni la presidenta, Luisa Fernanda Rudi acudieron a su estreno. En la tribuna no le tembló el pulso para asumir que el incumplimiento del déficit es un mal dato, un desajuste que no esperaban, dijo, pero todavía que existe "margen" para el recorte sin quebrantar las llamadas líneas rojas. Esto es, los servicios sociales.

Cinco minutos antes de las 9.00 Bermúdez de Castro llamó a Campoy para darle ánimos. No le faltaron los abrazos y las palmadas en la espalda. Al menos de los suyos. Porque el PSOE, que había pedido su comparecencia --registrada el 19 de septiembre del 2011, dirigida a uno de sus dos predecesores, Mario Garcés, y activada ahora a conveniencia del juego político-- fue muy duro en sus críticas a la política económica del Gobierno. Setenta y dos horas después de jurar su cargo, el titular de Hacienda aguantó la cascada de reproches que le dedicaron los socialistas.

TRANSITORIO Lejos de intimidarse y aunque algo dubitativo al principio, Campoy desgranó las líneas maestras de su departamento. Tiene un año por delante hasta las próximas elecciones. Sus objetivos pasan por cumplir el déficit. El desfase actual es "transitorio". "La consolidación y el rigor" ocupan el primer puesto en la lista de retos del nuevo consejero. Constató que la comunidad no acudirá al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y aseguró que la cooperación con el Ministerio de Hacienda es "buena y sin matices". Lo decía después de varios desencuentros con Madrid --ayer mismo el titular de la cartera dijo que los datos de déficit que esgrime, Aragón "no son muy pacíficos--, y con las miras puestas a la elaboración del futuro plan de reequilibrio que, dijo, será "confeccionado en Aragón y para Aragón sin tocar las líneas rojas de los servicios sociales". Una forma como cualquier otra de decir que la comunidad no está intervenida.

Tampoco se olvidó de la negociación del nuevo modelo de financiación. Situó el punto de partida de las conversaciones con el ministerio en las "singularidades" de Aragón. "No vamos a renunciar a nada", subrayó. La lucha con la deuda, que no cesa de crecer desde que Rudi está en el Pignatelli, representa otro reto. "Es un lastre", constató, aunque echó mano de la herencia y la atribuyó a los socialistas. "Ahora aumenta menos".

El PSOE capitaneó la ofensiva contra la política económica del Gobierno. CHA e IU hicieron intervenciones que bordearon la cortesía, al entender que el consejero no había tenido suficiente tiempo como para prepararse los áridos asuntos que son la esencia del departamento de Hacienda. El portavoz de los socialistas, Javier Sada, insistió en la idea del fracaso del Ejecutivo de Luisa Fernanda Rudi, al entender que incumplir el déficit supone un torpedo en el "núcleo central" del proyecto político de los populares aragoneses.

INCOMPETENTE Y TORPE Desgranó el diputado una retahíla de cifras que constatan el retroceso de Aragón en todos los parámetros, desde la calidad de los servicios a la inversión en la industria. Campoy también ofreció unas cuentas cifras, todas positivas. Dibujaron dos realidades paralelas y irreconciliables. Sada tachó a la presidenta Rudi de "incompetente y torpe" por su gestión al frente de un Gobierno que es "un pollo sin cabeza". De hecho, gran parte de sus ataques y reproches fueron para la presidenta. En su despedida sonaron campanas electorales al apelar a la necesidad de un cambio que solo llegará con las urnas.

En un tono más calmado que el empleado por el PSOE, José Luis Soro (CHA) depositó un voto de confianza en el nuevo consejero. Apeló al diálogo entre Gobierno y oposición para diseñar el plan de ajuste y reclamó a Campoy que piense en Aragón "en todo momento". Adolfo Barrena (IU) lamentó que el Gobierno haya optado por rebajar el gasto social para intentar cumplir el déficit y dijo que Aragón no está mejor con el PP.