La ingeniera química aragonesa María Pilar Pina, investigadora del Instituto Universitario de Investigación en Nanociencia de Aragón (INA) de la Universidad de Zaragoza, va a trabajar en un proyecto internacional que podría dar la vuelta la mundo. Se trata de Sensoft, una iniciativa sobre sensores de respuesta rápida ante amenazas de riesgo químico en zonas sensibles. El objetivo es «proporcionar alternativas robustas, fiables, de bajo coste y fácil manejo para los intervinientes y Fuerzas de Seguridad del Estado ante situaciones de potencial riesgo químico», según explicaron ayer fuentes del campus público.

La trascendencia del proyecto europeo es importante, ya que los últimos ataques terroristas ponen de relieve que las áreas con alta concentración de personas, como estaciones de tren y metro, aeropuertos, medios de transporte masivos o centros comerciales se están convirtiendo en objetivos de grupos terroristas.

Para ponerse en marcha, Sensoft busca establecer una red internacional e intersectorial formada por tres instituciones académicas europeas, tres centro tecnológicos y tres pymes en torno a un programa de investigación conjunto sobre detección temprana de agentes químicos en fase gas en lugares cerrados y no protegidos con elevada concurrencia de población civil.

Pina, profesora titular del Departamento de Ingeniería Química y Tecnologías del Medio Ambiente, trabajará en este proyecto europeo derivado del programa Marie Curie, dotado con 750.000 euros.

INTERCAMBIO DE IDEAS / Además, en lo que a su apartado se refiere, recibirá 130.000 euros de la Unión Europea para poder desarrollar este trabajo, con estancias de movilidad en empresas de Dinamarca, Alemania y Portugal, y en la Universidad de Michigan (EEUU).

Su aportación al proyecto Sensoft se fundamenta en el empleo de materiales nanoestructurados con propiedades de adsorción para la fabricación de microdispositivos de bajo coste, que permiten la detección «inequívoca y ultrasensible» de las moléculas directamente en fase gas.

Los participantes en el proyecto intercambiarán habilidades y conocimientos, una de las líneas del proyecto. El consorcio de entidades cuenta también con la participación de dos grupos académicos de terceros países (EEUU y Canadá) con experiencia reconocida en sistemas microanalíticos y de propiedades de materiales. «El fin es fortalecer el enriquecimiento de ideas y garantizar la viabilidad científicotécnica de la propuesta», añadió el campus.