Francisco Canela Grima seguirá en libertad provisional hasta que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) celebre la vista para la revisión de la sentencia por la que fue condenado a once años de prisión por matar al joven Robert Racolti, en la bodega del primero, en Ricla. Antes de que llegue esta vista, los magistrados realizó el pasado viernes una vistilla de situación personal, y decidieron que siga libre.

Eso sí, a las medidas cautelares que ya tenía (comparecencias quincenales en el juzgado a firmar, retirada del pasaporte y prohibición de salir de España) le suman las de tener que acreditar, mensualmente, que sigue en tratamiento psiquiátrico y de desintoxicación, algo que ya está haciendo.

Los jueces, como argumentaron las abogadas de Canela, Soraya Laborda y Laura Vela, consideran que no han variado las circunstancias que motivaron su puesta en libertad, al tener arraigo en Ricla y esta intentando llevar una vida normal, sin haber intentado huir antes.

Las letradas pedirán en la revisión anular una sentencia que ya lo fue una primera vez, cuando el TSJA vio poco motivado el veredicto que le condenó solo a cuatro años, por imprudencia. La acusación particular, a cargo de Mariano Montesinos y Cristian Anghel, pide más pena.