El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha considerado hoy que la planificación hidrológica llevada a cabo por su departamento "se puede contar entre los trabajos de Hércules, porque les puedo garantizar que ha sido ciertamente complicado".

El ministro ha hecho estas afirmaciones al término del Consejo de Ministros, donde hoy se ha aprobado el Plan Hidrológico de la parte española de la demarcación hidrográfica del río Tajo.

Este plan, ha dicho Cañete, supone un "paso importante" en la culminación de la planificación hidrológica, que ha recordado tenía que haberse terminado con el Gobierno anterior, en 2009, y que este retraso ha derivado en una sanción al reino de España por parte de Europa.

El ministro ha destacado que en menos de dos años su Gobierno ha tenido un "trabajo ímprobo" al aprobar 15 planes: Ebro, Ceuta, Melilla, Islas Baleares, Cantábrico Occidental, el Oriental, Guadiana, Guadalquivir, Miño- Sil, Galicia Costa, Tinto Odiel y Piedras, Guadalete, Barbate y Cuencas Mediterráneas Andaluzas, más dos que ya están en camino: Júcar y Segura.

Cuando finalice la aprobación definitiva de estos dos últimos, que ya tienen la luz verde del Consejo Nacional del Agua, se abordará la segunda fase, que tenía que haberse iniciado en 2010 y acabado en 2015.

"Lamentablemente el Gobierno anterior no hizo nada", ha afirmado Cañete tras destacar que debido a este retraso en solo una legislatura "vamos a tener que hacer dos planificaciones hidrológicas, lo cual se puede contra entre los trabajos de Hércules porque que les puedo garantizar que ha sido ciertamente complicado".

Sobre todo, ha añadido, cuando hay "líos" porque hay que poner de acuerdo a varias CCAA sobre un bien escaso como es el agua.

El ministro ha destacado del Plan del Tajo las más de 12.000 alegaciones y observaciones recibidas a lo largo del proceso de información pública.

También ha explicado que recoge una serie de medidas para asegurar los abastecimientos urbano-industriales de la cuenca, especialmente de las grandes concentraciones de población, entre las que se encuentran la Comunidad de Madrid y la provincia de Toledo, así como el mantenimiento y modernización de las zonas de regadío.

Además, se marca como objetivo conseguir que en 2027 el 92% de las masas de agua de la cuenca alcancen el buen estado ecológico, conforme a la Directiva Marco.