El cúmulo de desgracias del canfranero no parece tener fin. En el mismo día en que la línea ferroviaria entre Zaragoza y Canfranc se abría de nuevo al tráfico, el tren que inauguraba ayer el recorrido se averió cuando no había realizado ni medio trayecto. Los 20 pasajeros tuvieron que ser transbordados a otra máquina, por lo que ya se acumulaba más de una hora y cuarto de retraso al llegar a la estación oscense.

La compañía Renfe retomó ayer la circulación en la línea entre Huesca y Canfranc tras haberla cortado durante los últimos tres meses de lunes a jueves para acometer obras básicas de rehabilitación y mejora. Estos trabajos aún se alargarán durante unas semanas, aunque no hará falta interrumpir el tráfico.

El primer tren tenía prevista su salida a las 7.10 horas de la estación de Delicias. El automotor diésel 596, conocido como tamagochi , no arrancaba por problemas técnicos. La insistencia del personal permitió emprender el viaje tras numerosos intentos a los 45 minutos.

Los 20 pasajeros salieron de Delicias en torno a las ocho de la mañana por el trazado convencional, pero la máquina empezó de nuevo a fallar a los pocos minutos y se tuvo que hacer una parada técnica en la estación de Tardienta.

Los técnicos comprobaron que el tren no podía continuar el trayecto, por lo que se comunicó con la estación de Huesca para que enviara otra máquina diésel. Los pasajeros cambiaron de tren y llegaron a la capital oscense a las 9.30 horas, una hora y cuarto más tarde de lo previsto en el horario oficial.

Fuentes ferroviarias aseguraron que la avería del motor fue la única incidencia de la jornada, ya que el resto de trenes realizó el trayecto sin problemas. No se recortó el tiempo de viaje en una hora, como se anunció, porque las mejoras aún no permiten ganar tiempo.

TRENES DESFASADOS Renfe tiene una flota de quince automotores diésel 596, trenes sobreexplotados y con más de 25 años de servicio. El tamagochi apenas alcanza velocidades punta de 120 kilómetros por hora y es la máquina más utilizada para cubrir los trayectos de Canfranc y Teruel junto al camello , de similar aspecto. Fuentes de la compañía aseguran que su fiabilidad es mínima y que se averían con mucha frecuencia. En algunas unidades ni siquiera funciona la megafonía ni los teleindicadores que avisan de las paradas porque no hay recambios. Estos trenes son una derivación del 593, la mayor parte de los cuales está fuera de servicio.