La casi totalidad de los aragoneses --exceptuando a los residentes en Zaragoza-- pagará el próximo año el nuevo impuesto establecido por depurar el agua residual urbana, y lo hará a través de los recibos habituales de recaudación de este suministro que giran los ayuntamientos.

En la actualidad, sólo una treintena de localidades cuenta con este canon de saneamiento, que sirve para recuperar todos los costes --económicos, sociales y ambientales-- de las plantas depuradoras. Sin embargo, las dificultades de los ayuntamientos para ajustar el sistema de cobro y su posterior giro al Instituto Aragonés del Agua, que es el encargado de la recaudación, ha provocado que se produzcan retrasos e incluso impagos por parte de municipios morosos . De hecho, en el primer año de funcionamiento del canon, que fue en el 2002, tan sólo se recaudó una sexta parte de lo previsto.

Por ello, y para garantizar la transparencia y el equilibrio en las cuentas financieras, el Gobierno de Aragón --que es quien financia las obras-- tiene previsto habilitar un sistema de contabilidad diferenciada. Más aún cuando en el 2005 son la gran mayoría de los ayuntamientos los que pondrán en marcha este régimen tributario. Porque, ¿cuánto dinero recauda cada municipio?

Las tarifas para uso doméstico tienen un fijo que, a partir del 2005, será de 3,66 euros más la variable de 0,23 euros por metro cúbico. Y para las industrias será de 14,43 euros y un variable que tendrá en cuenta no sólo el volumen de agua consumida, sino también unos parámetros de contaminación fijados por ley.

Todos los municipios con depuradora en el 2005 pagarán a partir del 1 de julio, aunque los que no tengan terminada la obra, sólo el 50%. Además, estarán exentos los de menos de 600 habitantes que no vayan a contar con depuradora.

El Instituto Aragonés del Agua liquidará semestralmente con los ayuntamientos estos cobros. De hecho, la fijación de una tarifa común para todo Aragón permite repartir los costes entre todos, de manera solidaria, ya que, de otro modo, los vecinos de los municipios pequeños no podrían afrontar el gasto.

Se trata de un tributo ecológico que se recauda para financiar actividades de prevención de contaminación y depuración de aguas residuales. Y responde a una directiva europea y al Plan Aragonés de Saneamiento y Depuración, que señala que en el 2005 tienen que estar depuradas las aguas de los núcleos de más de mil habitantes.

Y para lograrlo, el Gobierno de Aragón ha puesto en marcha en el 2004 el Plan Especial de Depuración, que abarca --debido a la gran dispersión de la población-- 176 nuevas obras en toda la comunidad para alcanzar así al 90% de las aguas residuales. En la actualidad, se están ultimando todo los anteproyectos.