"Quien maltrata a las mujeres es porque puede y porque la sociedad se lo permite". Así de contundente se mostró ayer la cantante Cristina del Valle en el encuentro institucional que una delegación de la Plataforma de Mujeres Artistas contra la violencia de género, que ella preside, mantuvo con el Presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias. El motivo: dar a conocer un manifiesto sobre la situación de la mujer en zonas de conflicto.

Vestida de riguroso blanco, símbolo de la paz, Del Valle se mostró especialmente sensibilizada con la "causa palestina". De ahí el pañuelo que colgaba de sus hombros. "Somos mujeres que luchamos contra la violencia que sufren las mujeres, pero también contra la violencia como normalización de una forma de vida. Lo hemos vivido y respirado últimamente en estado puro", añadió, haciendo referencia al viaje que 80 voces de la Plataforma han realizado a Palestina. Y ayer acudieron a Zaragoza para contarlo con más fuerza que nunca.

"Hemos sido testigos de verdaderas barbaries, hemos visto a mujeres embarazadas desangrarse en los puntos de control del ejército israelí. No lo podemos permitir", afirmó Del Valle, que también es embajadora de Paz de la Onu. La Plataforma pretende conseguir un compromiso firme con los derechos humanos, con la igualdad y con la legalidad internacional. Pero sobre todo apuestan fuerte por la coherencia: "Pedimos al Parlamento Europeo que suspenda el acuerdo económico que mantiene la Unión Europea con Israel. No podemos estar cuestionando su política genocida y luego mantener con él políticas económicas preferenciales", añadió la cantante. Iglesias le transmitió la "sensibilidad" del Gobierno aragonés con la causa y recordó que "la violencia también está enraizada en nuestra propia cultura". Y es que en España en lo que llevamos de año un total de 14.130 mujeres han denunciado malos tratos y 35 han sido asesinadas.

Del Valle concluyó que "para los niños palestinos sólo existen dos colores en sus vidas: el rojo, de la sangre con la que conviven diariamente, y el negro, de la desesperanza". Pero seguro que ahora también conocen el verde, de la esperanza. Al menos son conscientes de que más allá de Palestina hay personas que cantan por ellos.