Un recluso de la prisión de Zuera ha sido condenado a un año de prisión por enviar a su madre, presa en Logroño, una carta con una china de hachís. La sentencia, dictada por el Juzgado de lo Penal número 1 de Zaragoza, abre una vía más para la lucha contra el consumo de drogas en las cárceles, anunciada por el nuevo equipo de Instituciones Penitenciarias.

La resolución judicial, dictada el pasado lunes, considera probado que A. M. R., interno en el centro penitenciario de Zuera, envió el 27 de febrero del 2003 una carta a su madre, que cumplía condena en la prisión de Logroño, con 0,19 gramos de hachís. Durante la vista no se pudo acreditar que la receptora del sobre tuviera conocimiento del contenido del mismo, aunque iba destinada a su consumo.

El reglamento de prisiones establece que el correo entre centros no tiene que ser intervenido, pero sí es obligatorio abrirlo en presencia de funcionarios para comprobar el contenido, algo que el remitente no tuvo en cuenta.

La magistrada ha considerado que el acusado favorecía el consumo de drogas dentro de una cárcel y le ha condenado a un año más de privación de libertad, cuyo cumplimiento comenzará en breves fechas.

ENTRADA La resolución, poco habitual porque tampoco lo es el supuesto juzgado, constituye un arma jurídica más para luchar contra el consumo de drogas en las cárceles porque pese a los controles, los internos siguen teniendo acceso a las sustancias estupefacientes.

Ante las muertes por sobredosis registradas en los centros, la nueva responsable de Instituciones Penitenciarias ha decidido iniciar una campaña para erradicar el consumo de drogas en las prisiones.

Un elevado número de internos sufre patologías derivadas de las drogas, y en los centros con módulos terapéuticos el índice de abandonos es todavía alto.