La caridad bien entendida hay que hacerla visible porque se nutre de las ayudas de la sociedad. Por eso, dos veces al año la Fundación La Caridad, que recientemente obtuvo el premio de Aragonés del Año que entrega El PERIÓDICO DE ARAGÓN, organiza un rastrillo solidario en su sede central de la calle Moret, en Zaragoza.

«El objetivo es tanto dar a conocer nuestra labor con las personas con dificultades como recaudar fondos para mantener las actividades que desarrollamos», explica Daniel Gimeno, director de la institución. De hecho, el cometido de La Caridad es inmenso y abarca desde la atención a pacientes con enfermedades mentales graves al servicio de comidas a domicilio, pasando por la prestación de servicios para la infancia y las personas mayores a través de un colegio, el Cantín y Gamboa, una guardería, un centro de día y la impartición de diversos talleres.

En medio de este objetivo tan amplio, que llega a 1.400 personas, los rastrillos solidarios suponen una forma directa de darse a conocer mediante la venta de juguetes, ropa, libros y objetos de artesanía realizados en los talleres de la fundación por personas con discapacidad psíquica. También se realizan, durante los dos días que dura el mercadillo, actividades musicales y deportivas en el patio de la entidad.

«Hacemos todo nosotros mismos, con ayuda de un terapeuta», indica Jesús Ramón, que vende artículos decorativos de barro cocido en un puesto montado en el rastrillo. «Tenemos de todo, desde escudos deportivos a llaveros, ceniceros y estatuillas de la Virgen del Pilar», explica. Junto a él están Carlos y Julio, otros dos usuarios, que se encargan de atender a los clientes.

Daniel, de 32 años, es uno de los muchos voluntarios que echan una mano a la Fundación La Caridad. En el rastrillo y en las actividades complementarias de estos dos días colaboran en total 25 personas, al margen del personal de la organización, que suma unos 90 trabajadores.

«A mí trabajar en esto me resulta gratificante, es una de esas cosas en la que recibes más de lo que das», subraya Daniel, que está al cargo de un tenderete donde hay expuestos montones de juguetes que atraen a una nube de niños y niñas.

Uno de los centros de atención era el grupo de animación Squad Cierzo / Legión 501, con sus integrantes caracterizados de guerreros de Star Wars. Otro punto de interés era el bar montado en una esquina de la plaza de la Fundación La Caridad, que este año está recibiendo el apoyo de otras organizaciones, como el Club de Fútbol Femenino, el Stadium Casablanca, Viva Gym y los bares Costa 8, Rincón de Costa y La Casona.