--¿Esperaba usted la Cruz de San Raimundo de Peñafort?--Nunca se trabaja para hacer méritos. Me dejo la piel en la abogacía porque es mi obligación, pero no creo que se haya premiado a la persona, sino a un colectivo de miles de profesionales que trabaja por mejorar la sociedad.

--El Ayuntamiento de Zaragoza le ha encargado hacer su nuevo reglamento orgánico. ¿Cómo va a abordar el trabajo?--Es un trabajo de despacho que no voy a sacar solo adelante. Considero que tendrá tres fases. La primera consistirá en un proyecto muy técnico, exponiendo los órganos que tiene que tener el ayuntamiento y aquellos otros optativos, de los que se estudiará la conveniencia de tenerlos o no. En la segunda fase se ajustará el texto a las modificaciones introducidas por los grupos políticos. Finalmente, se sacará a información pública para posibles alegaciones.

--¿Cuando estará listo?--No me atrevo a aventurar una fecha porque no depende de mí.

--Usted participó activamente en la creación del Consejo de Colegios de Abogados de Aragón. ¿En que beneficia este organismo al funcionamiento de la abogacía de la comunidad?--Beneficia a la profesión, pero aún más a los ciudadanos. Va a posibilitar que cualquier avance que se produzca en cualquier rincón de la comunidad se extienda al resto. Asimismo, cualquier defecto servirá como experiencia para todos y para enmendarlo.

--¿No ha tardado mucho en constituirse?--Ha llegado a tiempo, antes de que se produzcan las transferencias de Justicia a Aragón, cuando su necesidad será patente.

--La abogacía española está revuelta con los juicios rápidos. ¿A qué se debe este malestar generalizado en el turno de oficio?--Hay quejas generalizadas, que son legítimas. Los juicios rápidos han exigido a los abogados del turno una carga de trabajo mucho mayor. Pero los letrados siguen desarrollando su obligación de defensa. Apenas ha habido deserciones y sólo existen quejas.

--¿Se arregla esto con dinero?--Esto no se arregla sólo con una compensación económica. Hay que poner muchos remiendos al procedimiento de juicios rápidos.

--Existe la impresión de que, con tanta legislación, todas las leyes están saliendo cojas.--Lo que yo creo, y así pensamos muchos, es que el sistema judicial español está en crisis y no da más de sí. La crisis afecta a todos los agentes judiciales, sin excepción.

--¿Dónde está la solución a este modelo agotado?--Creo que se pueden plantear otros modelos, con ideas ya lanzadas y otras que son más novedosas. Es necesario aproximar la justicia al ciudadano con la creación de departamentos judiciales que estén más repartidos.

--¿No es eso una quimera, cuando el año pasado sólo se crearon 30 nuevas plazas judiciales en toda España?--Al final se tendrá que abordar esta crisis, pero los problemas de la Justicia no se resolverán hasta que ésta dé o quite votos.

--¿Está usted hablando de ciencia-ficción?--Las cosas están empezando a cambiar. Por primera vez aparece la Justicia en las campañas preelectorales. El ciudadano quiere tener la mejor posible, que funcione.

--Pese a la crisis, parece innegable que la Justicia ha mejorado algo en los últimos años.--En los últimos 15 años se ha dado un salto cualitativo importante, pero la Justicia no se ha puesto al mismo nivel que el resto de las administraciones y eso lo percibe la sociedad. No conseguimos desburocratizarla, ocurre en el procedimiento de los juicios rápidos.

--¿No ha aligerado este sistema el proceso?--Es un avance, pero no es el mejor de los sistemas posibles. Creo más en el juez del mazo americano, donde entra todo y se juzga todo lo que se puede juzgar sin necesidad de acumular papel.

juez del mazo

--Existe el convencimiento en amplios sectores de juristas de que la fiebre legislativa de este Gobierno es similar a la del síndrome de la primera piedra en Fomento.--Hemos pasado a las leyes mochila , hurtando al Parlamento el debate legislativo. A los juristas nos resulta muy fuerte que una ley se promulgue con otra que no tiene nada que ver. Como ocurre con la Ley de Arbitraje, a la que se ha colgado la modificación del Código Penal. Las leyes de acompañamiento están previstas para matices que perfeccionen una ley, pero no para una ley estrella .

leyes mochila ley estrella

--¿No provoca confusión tanta avalancha de leyes y modificaciones de las mismas sin que haya tiempo para desarrollarlas?--Hay una ley, como la Concursal, que ya se está modificando antes de que llegue a entrar en vigor. Por no hablar de la Ley de Extranjería, que se ha cambiado tres veces en cuatro años. Esta situación provoca una maraña legislativa que atenta contra la seguridad jurídica. Los agentes que trabajamos en la Justicia estamos en una nebulosa y ni los editores tienen tiempo para insertar las modificaciones en las nuevas leyes. Llega un momento en que te pierdes.

--¿No es muy peligroso que este Gobierno legisle para la galería, promulgando leyes sin acompañamiento presupuestario?--Promulgar leyes sin dinero es un pecado original de la Justicia española, que es el hermano pobre de la democracia. Sin embargo, se trata del nervio ético, la columna vertebral de la sociedad.