Tras nueve meses de batalla, a Carlos Ripollés y la asociación que preside se les ha encendido una luz. El Instituto de Toxicología de Estambul dispone de material genético de los 62 cuerpos destrozados en el accidente del Yak-42. Si el ADN de los fallecidos se coteja con el de sus familias, se despejarán las dudas sobre la identidad de los cadáveres.

--¿Hasta dónde quieren llegar?

--Estamos en una situación muy difícil. A raíz de que la Fiscalía de Trabzon aportase el protocolo de identificación de la autopsia y los documentos de la transferencia de los cadáveres a las autoridades españolas, queda claro que poco antes de la entrega de los féretros --02.30 horas del 28 de mayo-- quedaban 30 cuerpos sin identificar.

--¿Quién se ocupó de obtener muestras de ADN de los fallecidos?

--Las autoridades judiciales turcas, apoyadas por varios médicos, extrajeron muestras para que las familias pudieran verificar si el ADN correspondía al del hijo, el hermano...

--¿Por qué el Gobierno español no les informó a todos?

--Es la pregunta del millón, la que hemos dirigido a Defensa.

--¿Y usted qué respuesta tiene?

--Pues que algo hay. No soy quien para culpar a nadie, será la justicia la que se encargue, en su caso, de hacer las imputaciones.

--¿Qué sospecha?

--Que voluntariamente nos han ocultado la verdad.

--¿Ha continuado el secretismo habitual del Ministerio de Defensa?

--Hasta hoy mismo. Conocen perfectamente lo que ocurrió en Trabzon. En las diligencias constan la firma del general médico Vicente Navarro y del general José Antonio Beltrán, desplazados a Turquía. Consta que eran conscientes del estado de los cuerpos; de los 30 cadáveres sin identificar; de la obligación de poner a disposición de las familias esas pruebas realizadas.

--¿Van a ir a Estambul para que les practiquen el análisis de ADN?

--Hemos solicitado a la Fiscalía de Trabzon que nos fije día para las pruebas en el Instituto de Toxicología de Estambul, y hemos pedido a Defensa que nos ponga un avión para el viaje. Además, estamos preparando una posible querella criminal contra los responsables españoles.

--Hechos los análisis y cotejado el ADN, ¿qué más?

--Espero que antes de nuestro viaje, la Audiencia Nacional haya intervenido. Las irregularidades han sido de extrema gravedad.

--Pero ustedes regresarán con unas pruebas clave bajo el brazo.

--Entregaremos los análisis cotejados de ADN a la Justicia española. Si las pruebas se corresponden con los cadáveres, maravilloso. Pero en caso contrario, la Justicia debería ordenar las exhumaciones.

¿Está seguro de que el cadáver que la familia Ripollés enterró en Burgos es el de su hermano?

--Su identificación fue por pruebas circunstanciales, por el nombre de la cazadora. Algún día sabremos qué cadáver enterramos.