-¿Qué diagnóstico hace de ese paciente llamado Zaragoza?

-El diagnóstico es de bloqueo. Prácticamente ningún proyecto importante, salvo los presupuestos, ha salido adelante y tenemos un Gobierno completamente aislado en el consistorio y en la ciudad. Zaragoza en Común (ZeC) no quiso llegar a un acuerdo en el 2015 con las fuerzas de la izquierda y después no supo. Y eso es un auténtico drama que se vive día a día. Está absorbido por la gestión y, en muchas ocasiones, esta también es cuestionable.

-La rivalidad entre ZeC y el PSOE es constante. ¿Cuál es el papel de CHA en esa relación a tres?

-ZeC no es consciente de que siendo nueve concejales de 31 está obligado a negociar hasta desfondarse. Y eso significa aceptar que hay cuestiones de tu programa que no vas a poder cumplir. No es normal que intenten imponerlo. Por eso nuestro papel es clave, somos la izquierda posible y responsable. Intentamos dejar los escollos aparte e ir por donde haya entendimiento, pero no nos lo ponen nada fácil.

-El portavoz socialista les llegó a definir como el «pegamento de la izquierda». ¿Les están llevando al límite en esa posición?

--Sí. Podemos ser la argamasa que una dos extremos, pero ambos tienen que querer ser pegados.

-¿Y esto no le desgasta más?

-A quien desgasta es a quien gobierna. La responsabilidad máxima de llegar a acuerdos es suya. Y han sido incapaces. Ese es el problema de este Gobierno y de un alcalde que carece de liderazgo. Ni para ser el alcalde ni para controlar a todo su grupo. Lo vemos a diario. Como con el 010, donde parece que quien manda es Alberto Cubero, no él. Se equivocan en creer que tienen la razón absoluta y en pensar que hay una confabulación de todos contra ZeC.

-¿Esto tiene solución o ya solo queda esperar al 2019?

-Todo lo tiene. Es cuestión de voluntad política. Existe el riesgo de que la legislatura acabe pasando en balde pero no tiramos la toalla. Esta trifulca permanente solo beneficia a la derecha. Mientras la izquierda se divide a navajazo limpio, el PP se frota las manos.

-¿Estar en el Gobierno de Aragón le beneficia o le perjudica?

-Nos beneficia porque tenemos información de primera mano de temas que afectan a Zaragoza y porque podemos facilitar que haya una mejor relación entre ambas instituciones, que es otro lastre que arrastra ZeC. Nunca había sido tan pésima. Tampoco significa que estemos de acuerdo con todo lo que haga la DGA.

-Habrá quien opine que se acabarán mimetizando con el PSOE.

-Es el PSOE el que se está mimetizando con CHA. Nunca he oido al señor Lambán hablar tanto de aragonesismo como desde que gobierna con nosotros.

-¿La DGA lo está haciendo bien?

-Lo está haciendo lo mejor posible, e intenta facilitar las cosas. Ya hay una propuesta para la ley de capitalidad y, por primera vez, una consignación presupuestaria de 5 millones para Zaragoza. Que puede ser mucho o poco, pero es un punto de partida.

-La segunda línea del tranvía es otro de los debates abiertos, ¿debería iniciarse antes del 2019?

-Si se resuelve el problema de la financiación, sí. Pero va a ser complicado. El ayuntamiento no podrá costearla solo.

-Sobre la municipalización, ¿entiende lo que está pasando?

-Hay que compatibilizar los intereses de los trabajadores y de los ciudadanos y conseguir que servicios como el 010 se puedan prestar de forma directa. Pero esto no se impone con un decreto, se convence. ¿Someterán al pleno la modificación de la plantilla? Eso debería responder Cubero. Y no digo el alcalde porque, como siempre, está desaparecido. Es un cero a la izquierda.

-¿Cómo es su relación con él?

-Existe una cordialidad, pero me siento defraudado, porque apenas se ha reunido con nosotros y el PSOE como le pedí. Debe acabar con esta ingobernabilidad.

-Parece evidente que hoy no entraría en su Gobierno pero, ¿se lo han planteado alguna vez?

-El ofrecimiento llega tarde. Nos habría gustado tener antes un acuerdo programático cerrado, un acuerdo de mínimos que nunca se ha podido dar y de ahí deriva todo. Creo que ZeC sabe que cometió un error y cuando se lo plantea parece más una medida desesperada al verse aislados. Llegó con nuestra mochila llena de piedras y errores.

-¿Hoy votaría a favor de la investidura de Santisteve?

-Es complicado. Pero no cambiaría el voto porque la mayoría de los ciudadanos nos pidió una mayoría progresista. Al margen de la decepción que siento ahora. No me esperaba esto cuando CHA le dio sus votos a este Gobierno.

-Lo está dibujando como un mal alcalde.

-Es que es un mal alcalde. Eso es así, sin ambages.

-¿Y cómo se explica que haya que mantener a un mal alcalde?

-Porque lo peor que le puede suceder a esta ciudad es que se apliquen políticas de derechas. Llevamos años conteniéndola y no vamos a permitir que eso suceda. Al menos no con los votos de CHA. Los hemos visto y sufrido. Lo último que necesita Zaragoza es un alcalde de derechas.

-¿Qué proyectos deberían salir?

-Por ejemplo rescatar a esos edificios de la Zaragoza abandonada y proyectos de ese urbanismo de cara humana.