Experta en medios

En septiembre leyó la tesis doctoral con un título muy atractivo: Análisis de la audiencia infantil de receptores de la televisión . Junto a ella repasamos la relación entre los niños y este medio de comunicación tan atractivo.

--Todo el mundo encantado de que una niña española de 8 años haya ganado el festival Eurojunior. Algo me parece que chirría...

--Estoy totalmente de acuerdo, se trata a los niños como productos televisivos y retratos de adultos en pequeño. Pienso que deberíamos dejarles crecer y no adultizarlos con patrones equivocados.

--Se quejan los maestros de que no pueden competir con la tele.

--Creo que la relación entre escuela y medios no tiene por qué ser disyuntiva sino más bien una labor conjunta. Pensar que la televisión no es un agente básico de socialización es negar la evidencia. Por tanto, los educadores deben pensar más en las potencialidades del medio que en sus defectos.

--Lo peor de la tele es que no es creadora, no es estimulante...

--Es cierto que en la tele actual apenas hay espacios que estimulen la creatividad o el ingenio, pero eso no significa que no pueda ser una plataforma positiva.

--¿Cuándo se darán cuenta los políticos de que la televisión es un lenguaje que hay que enseñar en las escuelas?

--Esperemos que pronto. Igual que se enseña Educación Vial o Educación Medioambiental, no menos relevante es la Educación en comunicación, porque de ello depende que formemos a ciudadanos críticos y participantes ante los medios.

--Sin duda muchos padres tienen su parte de responsabilidad.

--Por supuesto, hechos como que la mayor parte de los niños vean la televisión más allá de las diez de la noche, o que un tercio de los menores tengan tele en su habitación no es una casualidad. La televisión puede cuidar su programación o la escuela enseñar para que los niños sepan interpretar los mensajes, pero los padres deben también intervenir. En última instancia, es en el hogar donde los niños ven la tele.

--¿No es obsceno ese bombardeo de productos en Navidad?

--Sí, es desmedido en número y esto genera conductas consumistas, pero también es preocupante por el contenido. Si nos ceñimos a anuncios de juguetes, la transmisión de contravalores como la competitividad, el culto al cuerpo o la agresividad es constante.

--La tele en las habitaciones infantiles: ¿desmontamos equívocos?

--Tener equipo propio afecta en negativo a que no haya ese intercambio de ideas. Además, repercute en que el niño no tenga control por parte de los padres de los contenidos que ve ni de los horarios en los que consume televisión.