LUGAR DE NACIMIENTO ALCAÑIZ.

EDAD 51 AÑOS.

ESTUDIOS LICENCIADA EN CIENCIAS FISICAS POR LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA Y DOCTORADA POR EL PROGRAMA DE HISTORIA DE LA CIENCIA-FILOSOFIA.

CARGO ACABA DE SER NOMBRADA DIRECTORA DE LA FUNDACION DEL SEMINARIO DE INVESTIGACION PARA LA PAZ EN ARAGON Y ES VICEPRESIDENTA DE LA ASOCIACION ESPAÑOLA.

--Es experta en temas relacionados con conflictos, derechos humanos y paz, ¿qué le impulsó a reflexionar sobre estas cuestiones?

--De pequeña, me influyó mucho las historias que me contaban mi padre y mis abuelas sobre la Guerra Civil española. Asimismo, de más mayor, sobre los años 80, entré a formar parte del Movimiento por la Paz, pues existía la amenaza de una guerra nuclear, y, como estudiante de Físicas, me oponía a ella.

--A las puertas de una posible guerra entre EEUU e Irak, ¿considera que la cultura de la paz es una utopía?

--No. Es cierto que vuelve la amenaza de agresión de EEUU hacia el pueblo de Irak; pero, si miramos el mundo en su conjunto, durante el 2002 hay motivos para ser optimistas. Así, por ejemplo, se firmó la paz entre el Congo y Ruanda y ha habido un alto el fuego en Angola, entre otros acontecimientos.

--Para usted, ¿cuál puede ser el freno a este conflicto?

--La fuerza de la población. La mayor parte de los estadounidenses y de los europeos están en contra de la guerra, pues es absurdo que tenga que morir tanta gente por intereses y para lograr objetivos que se pueden alcanzar de otro modo. En este sentido, hay ejemplos significativos contra esta lucha, así al actor Sean Pen le costó 56.000 dólares publicar una carta contra la guerra de Irak en el Washington Post. Asimismo, también pueden tener bastante fuerza varios liderazgos de Naciones Unidas que se oponen al conflicto.

--¿En qué bando está la población española?

--Según un estudio del Real Instituto Elcano, el 61% de los españoles estamos en contra del conflicto bélico contra Irak. Sin duda, esta cifra tiene que hacer pensar al Gobierno central, para que no tenga lugar un nuevo divorcio entre el Ejecutivo y los ciudadanos.

--Entonces, ¿cree que Europa seguirá los pasos de EEUU o tomará, por fin, sus propias iniciativas con el mundo árabe?

--La población empuja a tener una política propia y desmarcarse, así, del Gobierno de EEUU. Pero, todavía pesa mucho el hecho de que Europa no tenga una sola voz.

--En muchos de sus libros relaciona paz y feminismo, ¿por qué?

--Tal como se nos educa, existe la relación simbólica entre el modelo masculino y el ejercicio de la fuerza y la violencia; mientras que el modelo femenino está más relacionado con la pasividad y la sumisión. Pero, lo que está claro, es que la paz es una cuestión de todos.

--¿Hasta qué punto ha influido el vacío de los derechos humanos en el contexto internacional?

--No cabe duda de que se ha avanzado en este campo, pero todavía hay un gran vacío. Existe una violencia estructural relacionada con la desigualdad en cuanto al reparto de los bienes. Así, hay países con zonas muy ricas frente a otras muy pobres. Un ejemplo es Brasil y, por eso, Lula se ha propuesto conseguir un derecho básico para todos los ciudadanos, como es el derecho a comer. En otras partes del mundo el vacío se hace patente con la violencia de género, el desigual tratamiento que reciben los inmigrantes, etcétera.

--¿Qué puede hacer cada ciudadano por la paz?

--Debemos ser activos. Así, por ejemplo, cuando vayamos a votar es importante que nos fijemos en la política internacional de los distintos partidos políticos.