El Departamento de Salud y Consumo, a través de la Dirección General de Salud Pública, recuerda, ante el inicio de la temporada de caza, que se deben observar una serie de precauciones en la manipulación y consumo de piezas cinegéticas. En concreto se recomienda no consumir la carne de jabalí que no haya sido previamente analizada por un veterinario, ya que existe el riesgo de contraer triquina.

La carne de jabalí es la fuente de contagio más común por este parásito, cuya incidencia en nuestra comunidad autónoma puede estimarse entre 2 y 3 animales parasitados por cada 1.000 jabalís inspeccionados. En la campaña del pasado año, se efectuaron los análisis triquinoscópicos a 2.880 jabalís, siendo detectada triquina en trece ejemplares, aunque no hubo ningún caso de triquinosis humana.

La triquinosis es una enfermedad producida por un parásito (Trichinella spiralis ) cuyas larvas se pueden enquistar en la carne de distintos animales, entre ellos el cerdo y el jabalí. Si la carne se consume poco hecha o elaborada como embutido, los jugos gástricos disuelven la cápsula del quiste y la triquina se desarrolla en el ser humano.

Los expertos insisten en que este parásito resiste los procesos de desecación, embutido y salazón de la carne. La importancia de esta enfermedad, cuyos síntomas iniciales incluyen vómitos, sudoración y escalofríos, fiebre, dolores de cabeza y musculares, dependerá del grado de parasitación y puede ser motivo de graves trastornos.

En cuanto a la manipulación y consumo de todo tipo de piezas de caza, Salud Pública recomienda que el transporte de las piezas debe efectuarse en condiciones de limpieza, y conservarse posteriormente en el frigorífico. La carne de caza debe consumirse muy cocida o muy asada, no deben proporcionarse a los perros las vísceras de los animales muertos y ante cualquier duda sobre el estado sanitario de los animales debe desecharse su consumo.