El carril bici de Sagasta avanzará, a partir de la próxima semana, para culminar el eje ciclista entre la plaza Paraíso y el paseo Cuéllar antes de Navidad. Así lo anunció ayer la responsable de Movilida del Ayuntamiento de Zaragoza, Teresa Artigas, quien destacó que se ha decicido impulsar las obras de construcción de la segunda fase, la que conecta el cruce con las avenidas Goya y Tenor Fleta hasta la conexión con el parque Pignatelli (en la glorieta de Diego Velázquez), «a partir de la próxima semana». Con ella se reducirá el tráfico privado «entre un 20% y un 30%».

En mes y medio de trabajo culminará un carril bici que ocupará el carril izquierdo de la calzada en la subida hacia Torrero, el ubicado junto al bulevar peatonal, del que saldrán definitivamente las bicicletas. Una segunda fase que se inicia después de haber analizado los resultados que ha arrojado la primera, que se ejecutó en verano y que, tras más de dos meses en funcionamiento, ha contribuido a sacar hasta un 15% de vehículos privados del eje de Sagasta y las calles del entorno. Lagasca, los paseos Pamplona y Constitución, y la plaza Paraíso lo han notado.

Los técnicos de Movilidad han realizado un exhaustivo estudio en el que se constata que el carril bici entre Paraíso y Goya, y la eliminación de un carril de circulación han contribuido a sacar hasta más de 1.400 coches al día del paseo Sagasta. La media, un 12% en todo su trazado, con cotas de hasta el 17% cerca de Goya.

Mientras, ese mismo estudio demuestra que otros ejes como el de Constitución también se ha beneficiado al reducir el tráfico rodado un 4%, en la calle Lagasca, hasta un 12% y en el paseo pamplona, un 15% menos con unos 3.500 vehículos ya sin atravesar ese céntrico eje viario.

MENOS AFECCIONES // ¿Adónde han ido esos coches? El responsable del informe e ingeniero adjunto al jefe de servicio de Movilidad, José Antonio Chanca, explicó que la derivación natural hacia las avenidas Goya y Tenor Fleta, y hacia Camino de las Torres no ha resultado tan importante como se esperaba, y que la intensidad media de vehículos apenas se ha incrementado. Concretamente, entre un 2% y un 4,8%. Eso a cambio de que viales tan transitados como el paseo Pamplona haya visto una reducción de hasta un 43% en horas punta.

Son «buenas noticias» para este céntrico paseo de Zaragoza, apuntó que demuestra que el carril bici ha tenido éxito. Y sin que la afección sea significativa para los conductores: «Los tiempos de recorrido en todo el entorno han aumentado en cantidades muy pequeñas», explicó, «un 6% más entre el paseo Independencia y Cuéllar», lo que se traduce, aseguró, «en 19 segundos más». «Es una diferencia que podemos asumir», concluyó Chanca.

Así que comienza el próximo lunes una segunda fase de trabajos que también introducirá importantes novedades en el eje entre Goya y el parque Pignatelli. Como la creación de tres medianas (una en cada calzada) que acortarán los actuales pasos de cebra de 40 metros de longitud en la intersección de Sagasta con esta avenida y la de Tenor Fleta. Más arriba, en la confluencia de Sagasta con Camino de las Torres, se conectará con el carril bici de esta y también se habilitará un espacio junto a los bulevares para cruzar esa intersección.

Además de permitir zonas de espera intermedias para el peatón con las medianas, se garantizará el giro del autobús urbano y creará espacios donde los ciclistas puedan atravesar los cruces con más seguridad.

Para Artigas este es, precisamente, el objetivo que consigue este proyecto. Darle al usuario de la bicicleta «seguridad física y jurídica». Esta última, además, se logra porque se abandona, por fin, el bulevar central, ya que llevar a los ciclistas a la calzada conlleva cumplir de la sentencia judicial que lo impedía.