Las cabezas de los que pasaban por la plaza del Pilar, incluida la del alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, se giraron hacia arriba a las 11.00 horas de ayer. "¿Pero qué matraca es ésa?", comentaron algunos ciudadanos.

En sus oídos retumbaba el villancico Noche Paz reproducido por el tañir de unas campanas, cuando los termómetros superaban los 30 grados en la capital aragonesa. El reloj del ayuntamiento, un carrillón, volvía a sonar cuatro años después de permanecer como un adorno mudo en la fachada del edificio consistorial. Pero, de momento, ya no volverá a escucharse. Lo de ayer tan sólo fue un ensayo para analizar los efectos del sonido en las inmediaciones de la plaza del Pilar.

Fue en el año 2000 cuando a Luisa Fernanda Rudi, entonces alcaldesa, se le ocurrió imitar a la aragonesa el acto de las campanadas de la Nochevieja madrileña. Según fuentes municipales, para que este reloj suizo-francés pudiera imitar el sonido de las campanas, el ayuntamiento invirtió entonces 4.207 euros en "la inteligencia de un sofisticado sistema electrónico". Y fue ayer cuando el actual equipo municipal reactivó el sistema, tras permanecer intacto desde aquella Nochevieja del 2000. La administración se enteró recientemente de que en un cuarto situado en un pasillo del consistorio descansa la maquinaria del aparato.

Con un coste de cero euros, según confirmó Belloch, a lo largo de todo el día se hicieron pruebas para ver cuál puede ser la sintonía adecuada para el carrillón, sin que haga la competencia a las campanadas que se emiten desde la basílica.

Además, de los cuartos y las medias, desde los altavoces que había colocados en el ayuntamiento, también se pudo escuchar ayer el Ave María de Lourdes , mientras varios ciudadanos estaban a punto de taparse los oídos. "Que suene alguna vez me parece bien. Pero si queda así se va a oír desde mi barrio", denunciaron. Otros eran atraídos desde calles cercanas por un sonido "peculiar": "¿Ya ha sonado el carrillón? He escuchado un ruido grave. ¿Era eso?", preguntaron.

Según especificó el responsable de la joyería encargada de instalar el aparato, Jesús Pérez de Mezquía, "este sistema es para aquellos edificios, sobre todo iglesias, que carecen de campanas, por eso suenan canciones religiosas". Pérez de Mezquía precisó que el reloj dispone de cuatro chips para emitir melodías, aunque sólo hay dos grabadas. Por otra parte, de acuerdo con Pérez de Mezquía, "la hora se sintoniza automáticamente por radio desde una emisora del Observatorio Astronómico de Fráncfort y se corrige cualquier desviación en cuestión de segundos".

La intención del consistorio zaragozano, según informaron en un comunicado de prensa, es "contar con fragmentos de música clásica, histórica y sobre todo aragonesa", para que suenen ocasionalmente. "Tras estos ensayos se verá si el reloj vuelve a escucharse, cuándo lo hace y con qué melodía", apuntaron fuentes municipales.