El cartel de la entrada principal del hospital Clínico de Zaragoza que se desplomó el pasado 23 de enero provocando un herido grave continúa encerrado en uno de los sótanos del centro y bajo vigilancia. La medida, impuesta desde la propia consejería de Sanidad, pretende, según ha podido saber este diario, evitar posibles manipulaciones. Porque las causas del desplome siguen sin estar claras.

De hecho, el propio consejero, Ricardo Oliván, ya ha advertido en varias ocasiones que no ve "claro" que el viento provocara la caída del letrero, tal y como se expuso desde un principio como la causa más probable --los propios trabajadores del Clínico habían advertido en varias ocasiones de que el cartel se movía demasiado en los días ventosos--. El cartel, que llevaba varias semanas descolgado de su sitio a la espera de ser sometido a labores de mantenimiento --algunas fuentes indican que estas no podían llevarse a cabo por falta de aprobación del presupuesto-- se encontraba en la repisa superior apoyado en el suelo, desde donde, supuestamente, cayó.

La investigación continúa y, a pesar de las tres semanas transcurridas desde el incidente, el informe todavía no ha llegado a la cúpula del departamento. De hecho, desde la Administración se advierte de que hasta que no estén del todo claras las causas del desplome, el cartel continuará en su actual ubicación, custodiado por un guardia jurado.

En todo caso, las pesquisas son internas y en ningún momento ha habido intervención policial a pesar de que el letrero, de unos 15 metros de longitud y alrededor de 300 kilos de peso, cayó encima de un hombre, que entonces salía del centro hospitalario y que tuvo que ser intervenido de urgencia a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico. La víctima no presentó denuncia en comisaría y fue dado de alta a los pocos días del suceso.