Unos cimientos que ceden de forma inesperada, un socavón que se abre en mitad de la calle, una calle cortada durante varias semanas, una casa apuntalada que hay que derribar, varias familias que viven su particular drama... Pero, aunque lo parezca, no se trata del famoso edificio de la calle Justo Navarro de Calatayud, que está a punto de ser derruido, sino de otra casa azul , porque de este color es la fachada de una finca a la que también se la ha tragado la tierra en la pequeña localidad de Aniñón.

Los hechos se remontan al pasado 3 de diciembre, apenas un mes después de que sucediera lo mismo en Calatayud, y se produjeron en Aniñón, a diez kilómetros del capital del Jalón. Los cimientos de una casa de la calle De en medio --ése es su nombre-- se quedaron virtualmente en el aire, y algunos vecinos tuvieron que salir de sus hogares ante el peligro que les acechaba.

Una avería en una tubería de abastecimiento, provocada según los técnicos por el desgaste que había hecho del terreno el mal estado de la red de alcantarillado, provocó que se abriera un gran socavón en los cimientos del edificio, dejando la estructura de varias viviendas de la calle sin apoyo.

Afortunadamente, la casa que sufrió mayores daños --la que está abocada irreversiblemente al derribo--, se encontraba deshabitada en el momento de la cesión, aunque no así las viviendas colindantes, igualmente amenazadas. Por ejemplo, Purificación Lázaro, que vive en el número 54 de esta calle, tiene un dormitorio desalojado por el temor que le infunden las grietas que alcanzan prácticamente desde el techo hasta el suelo.

Soluciones dispares

La vecina del número 46 ha tenido todavía peor suerte --explica la propia Purificación--, que en su caso tiene varias habitaciones afectadas por las grietas. La solución pasa, en cada caso, o bien por el derribo, o bien por inyectar hormigón para intentar que asienten los cimientos, al igual que sucedió en la casa azul de Calatayud.

Aún así nadie les ha obligado de momento a abandonar sus hogares, como les sucediera a los vecinos de los bloques de Justo Navarro, y tampoco la difusión ha sido la misma, pese a que el peligro era muy similar. Purificación reconoce que siente miedo, que está preocupada porque han pasado ya más de dos meses y nadie ha hecho nada.

La calle de En medio está cortada pero eso no parece preocupar en exceso por ahora, quizá por su escaso tránsito que tiene o la ausencia de locales comerciales. Además de un gran socavón, sólo tiene bodegas que parecen no llevar a ninguna parte.