Con la cercanía de las elecciones, el debate territorial sobre los recursos hídricos se impone en la agenda, aunque siempre dependiendo de la comunidad autónoma en la que se hagan las declaraciones. El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, fue tajante ayer al afirmar que «todo el PP está de acuerdo» en la necesidad de alcanzar un pacto nacional por el agua y avanzó que lo planteará a «otras fuerzas políticas» tras la «negativa» del PSOE a debatir sobre este asunto en el Congreso de los Diputados.

El líder popular anunció esta hoja de ruta en Valencia, al ser preguntado por el futuro del trasvase Tajo-Segura, que previsiblemente ser verá afectado por la reciente anulación parcial del Plan Hidrológico del Tajo por parte del Tribunal Supremo. Como en otras ocasiones no realizó valoración alguna sobre qué sucedería con el río Ebro en el caso de salir adelante su propuesta.

«Como en tantas cosas, somos los únicos que nos mojamos -ha dicho-, que hacemos propuestas en serio como suprimir el impuesto de sucesiones, de patrimonio, de actos jurídicos documentados o el pacto nacional por el agua», indicó para añadir que en estos asuntos «todo el PP está de acuerdo, incluyendo el de Murcia, Comunidad Valenciana, Aragón y Castilla-La Mancha».

DERECHO DE ACCESO

El agua es, en su opinión, «un recurso básico al que tienen que tener acceso todos los españoles», indicó recuperando lemas asociados a proyectos hídricos ya superados, «Eso que nosotros ya hemos abordado internamente lo queríamos llevar al Congreso para que lo apoyase el PSOE, pero negó porque sus barones no estaban de acuerdo», señaló.

Casado no recordó que la última vez que se puso encima resucitar un pacto del agua recibió la negativa de los diputados estatales vinculados al PAR, aunque en las presentes elecciones no está previsto que se repita la coalición.

Al margen de esta discrepancia, Casado también se comprometió a presentar esta propuesta a «otras fuerzas políticas que cuando llegan a Valencia se les olvida reivindicar el agua». Por el momento el dirigente popular no se ha mostrado contrario de forma rotunda a un trasvase del Ebro. Formaciones como Vox o Cs también defienden estos intercambios entre cuencas, aunque siempre aludiendo a criterios técnicos.

Durante su última visita a Zaragoza, Casado no abordó la polémica, aunque sí que cargó contra «la demagogia sectaria de los falsos ecologistas de la izquierda» en relación a las medidas que se están tomando para paliar el cierre de la central térmica de Andorra.

Los populares tienen un caladero de votos tradicional en las comunidades del Levante, una realidad que hace que cada cierto tiempo tanto desde Valencia como desde Murcia se agiten los viejos fantasmas trasvasistas, una realidad que ahora regresa envuelta en la defensa de la unidad de España.