Pablo Casaso vendió ayer en su viaje a Aragón una revolución económica fiscal en caso de que llegue a la presidencia del Gobierno, pero Javier Lambán y Pedro Santisteve también tuvieron su cuota de protagonismo durante los discursos del líder del PP nacional y de Luis María Beamonte y Jorge Azcón, candidatos de los populares a la DGA y el Ayuntamiento de Zaragoza.

Una de las declaraciones más sonadas fue la que realizó el presidente del PP sobre el alcalde de Zaragoza que, aseguró, «es conocido por ser amigo del GRAPO y por hacerle un homenaje a una presa del Grapo, a unos de Alsasua e intentar, tal y como hace Carmena y por supuesto Ada Colau, decir que Zaragoza es un sitio amable para los independentistas». Según el candidato a la alcaldía de Zaragoza, Jorge Azcón, Lambán se «avergüenza» de Santisteve, aunque también de Pedro Sánchez, añadió. «Lambán quiere que nos olvidemos de que Sánchez es del PSOE y de que puso a Santisteve en la alcaldía, pero no nos vamos a olvidar», aseguró.

En este sentido, Beamonte criticó al presidente autonómico de estar «más preocupado por sus cuestiones internas, el intercambio de sillones (con el ayuntamiento) y de forjarse como un barón del PSOE que de Aragón».

Acusó al presidente del Ejecutivo de «no querer gobernar», aludiendo a su negativa a presentar unos presupuestos, algo que, dijo, hace «por conveniencia política» en un alarde de «irresponsabilidad». «En ese caso, lo mejor que puede hacer es irse a casa», aseguró tras prometer una bajada generalizada de los impuestos. «No puede ser que Aragón sea la segunda comunidad con menos atracción empresarial por su modelo impositivo», declaró el presidente del PP de Aragón.