Zaragoza está sufriendo un incremento de la criminalidad y, especialmente, de delitos relacionados con los robos con violencia e intimidación. En estos dos últimos meses han sido arrestadas 38 personas y se han esclarecido 40 denuncias.

Una situación que ha llevado a la Jefatura Superior de Policía de Aragón a desarrollar diversos dispositivos para la localización e identificación de los autores. El fin, tal y como señalan, «es el de dar respuesta al repunte». De hecho, muchos de los arrestos se han realizado in fraganti, gracias a la labor preventiva de las patrullas de Seguridad Ciudadana complementadas por el trabajo de investigación de los Grupos de Policía Judicial.

La última detención de estas características tuvo lugar en el Arrabal. El sospechoso, identificado como J. M. M. A ., de 36 años, se dio a la fuga tras cometer un robo con un destornillador en un establecimiento comercial.

Gracias a la coordinación entre las diferentes patrullas, los agentes consiguieron localizar en las inmediaciones a un varón de rasgos similares a los proporcionados por las víctimas. Al percatarse de la presencia policial emprendió a pie una huida, arrojando al suelo un puñado de monedas. La persecución finalizó con una fuerte resistencia del hombre que llegó a lesionar a dos policías. Es por ello que no solo fue imputado por un delito de robo con violencia e intimidación, sino también de atentado contra agentes de la autoridad.

De la investigación se hizo cargo el Grupo de Policía Judicial de la Comisaría de Distrito de Arrabal que pudo comprobar que el ahora detenido pudiera ser el autor de otros robos con intimidación ocurridos, en tan sólo 18 días, en establecimientos comerciales próximos.

Otra modalidad de robos con violencia son los que sufren los viandantes. Hace unas semanas fueron arrestados dos jóvenes, M.C. y M. K., por golpear a una chica en la cabeza para arrebatarle el teléfono con el que mantenía una conversación en esos momentos. Ocurrió en la calle Lagasca, en el distrito centro de la capital aragonesa.

A GOLPES

Sin resolver está todavía la sustracción de un teléfono móvil a un hombre de 40 años cuando caminaba, de madrugada, en la avenida César Augusto. La víctima fue golpeada con un listón de madera en la cabeza para sustraerle el terminal.

Según explicó después el propio agredido a los agentes que acudieron a auxiliarle, caminaba tranquilamente por la acera hablando por teléfono con su novia cuando sintió el fuerte golpe en la nuca. Como consecuencia del mismo, cayó desplomado y parece que perdió por unos instantes la conciencia. El ataque se produjo por la espalda, por lo que la identificación del autor o autores está siendo complicado para los agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Los responsables del mismo habrían empleado material de las obras del hotel Meliá para llevarlo a cabo.