El taller de ensamblaje de baterías eléctricas de la factoría de Figueruelas camina con paso firme a la espera de que esté plenamente operativo, previsiblemente en abril de este mismo año. Aunque el mutismo de la dirección de Stellantis en Zaragoza es total, según ha podido saber este diario ya hay casi 80 empleados trabajando en uno de los proyectos más relevantes del 2021 para la planta aragonesa. Las previsiones señalaban que el taller de ensamblaje estaría en funcionamiento en el primer trimestre de marzo. Y así será. El proceso de selección de trabajadores se ha cerrado y ya ha comenzado la fase de preproducción, que servirá para que afinar una operativa que convertirá a Figueruelas en la segunda planta española --la primera fue PSA en Vigo-- en contar con una nave de estas características.

El objetivo, según apuntaron las mismas fuentes, es que cuando se ponga en marcha la producción en serie de baterías eléctricas se puedan fabricar alrededor de 12 unidades por hora en Figueruelas, lo que se traduciría en alrededor de 250 diarias, siempre en función de la demanda del mercado. Esas baterías serán alojadas en el nuevo Opel Corsa eléctrico, que supone casi una quinta parte de los vehículos que salen de la factoría aragonesa de este modelo.

Por tanto, a la espera de una confirmación de cifras oficiales por parte de Stellantis Zaragoza, el objetivo de la factoría es ser autosuficiente. Hasta ahora las baterías llegan desde la fábrica de Vigo, que se ha convirtió en el 2019 en el corazón del coche eléctrico en España. Desde Galicia se distribuyen baterías para modelos como el Peugeot e-2008, el Corsa y el Citröen C4, que se produce en Villaverde (Madrid).

Sin embargo, la progresiva implantación de los coches eléctricos y la apuesta de PSA por la electrificación hace necesario diversificar esa producción ha proporcionado a Figueruelas un activo para ganar en competitividad. Estas baterías de 50 kW (67,98 CV) de potencia pesan alrededor de 350 kilos y están formadas por una sola pieza, de forma que se incorporan directamente a los vehículos eléctricos del grupo.

Este ha sido una de las apuestas del grupo automovilístico por la fábrica aragonesa, en la que va a invertir 250 millones de euros entre el 2018 y el 2021. Ello ha permitido la transformación de la planta, dotarla de las últimas tecnologías en industria 4.0, aplicar mejoras en eficiencia energética y acomodarla a la nueva plataforma del grupo que permite producir vehículos con motores de combustión, gas o eléctricos en la misma línea de montaje.

Por otro lado, hoy vuelve la normalidad a la factoría después de que varios turnos hubieran dejado de producir en los últimos días por la falta de microchips procedentes de Asia, un problema que puede volver a repetirse.