Esfuerzo, trabajo, sacrificio o generosidad fueron algunos de los valores más nombrados ayer en la celebración de la 20 edición del Galardón y Premios Félix de Azara, organizado por la Diputación de Provincial de Huesca (DPH) y que reunió a casi 800 personas. El público dio un cálido reconocimiento a los familias que hace más de 50 años llegaron a las tierras del sur de la provincia de con el proceso de colonización que supuso la repoblación de un territorio deshabitado.

El presidente de la DPH, Miguel Gracia, recordó que la historia de los colonos es «un ejemplo de convivencia entre familias que llegaron a estas tierras de orígenes distintos y con culturas y costumbres diferentes. Dejaron de lado esas diferencias para unir voluntades y a costa de un gran empeño, labrarse una vida mejor», dijo.

«Gracias a su asentamiento y trabajo se ha conservado una parte de la provincia cuyo paisaje y actividad no existiría hoy tal cual la conocemos. Los pueblos de colonización son el ejemplo de que es posible frenar la despoblación», añadió Gracia.

A la gala asistieron representación de los 15 pueblos de colonización de la provincia: El Temple, Artasona del Llano, San Jorge, Valsalada, Frula, Montesusín, Sodeto, Curbe, San Lorenzo de Flumen, Valfonda de Santa Ana, Cantalobos. Vencillón, Orillena, Cartuja de Monegros y San Juan de Flumen, En su nombre habló Jose María Alagón, joven oscense licenciado en Historia del Arte, hijo y nieto de colonos de El Temple.

Gracia reclamó un «discurso unánime» para frenar la despoblación y que se traduzca en iniciativas desde todos los ámbitos. «Es necesario que la administración local se sienta acompañada en las políticas que viene desarrollando el medio rural para que la gente pueda seguir viviendo en los pueblos», dijo. En este sentido, pidió ayudas desde Europa que favorezcan mucho más a la gente que vive en el territorio y, desde el Gobierno central, políticas inversoras de igualdad de oportunidades.