En Zaragoza hay 890 edificios públicos que soportan a diario más de 75 decibelios de ruido. El máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se sitúa en los 65 decibelios durante el día y 55 por la noche. Entre estos inmuebles se encuentran centros sanitarios, colegios, bibliotecas... El eje del tranvía ha permitido reducir el número de personas expuestas al ruido, con la expulsión de los coches del centro a otras vías, como el tercer cinturón. Pero también que en esas zonas, donde vive menos gente, el impacto acústico del tráfico se haya derivado a otras zonas donde, quizá, haya más edificios públicos que antes.

Es el caso de Romareda, por ejemplo, donde las habituales congestiones de tráfico que se sufrían antes del tranvía en el paseo Isabel la Católica, con unos 26.000 vehículos al día, se traducían en ruido excesivo para el hospital Miguel Servet, y ahora, al pasar la mitad de coches (13.000), se han derivado a otro entorno, el de la calle San Juan Bosco y Gómez Laguna, donde hay otro hospital, el Clínico.

Porque se observa que el tercer cinturón, la circunvalación que se creó para aminorar el tráfico en el corazón de la ciudad, ha ido incrementando el volumen de tráfico que soporta, aunque de forma desigual en sus diferentes tramos. Y eso significa dos cosas: o que los coches llegan hasta el cuarto cinturón (solo el Ministerio de Fomento tiene datos) o siguen callejeando por otros viales urbanos.

EN LA MARGEN IZQUIERDA // Según el último mapa del ruido elaborado por el Ayuntamiento de Zaragoza, en comparación con el anterior (datos del 2006), el Actur es uno de los barrios que más incremento ha experimentado. Sufre los pros y contras del tranvía. Mientras las avenidas por las que discurre el Urbos 3, Gertrudis Gómez de Avellaneda o María Zambrano, se han convertido en una vía secundaria, otras son elegidas por los conductores para evitar verse afectados por la priorización semafórica del tranvía, que ralentiza la circulación. Así, el interior del distrito está expuesto a menos ruido, todo lo contrario que la zona que lo rodea donde, por otra parte, se concentran las zonas verdes del distrito, hay más colegios y centros sanitarios.

El tercer cinturón cada día absorbe más tráfico del centro, aunque su evolución está siendo lenta y progresiva porque el cuarto cinturón se ha convertido en una ruta aún más usada. Hay dos puntos en los que se ha producido un incremento considerable. Por un lado, el puente del Tercer Milenio, que ha agravado la afección al Actur con sus más de 27.000 vehículos circulando al día, tanto los 13.775 que entran como los 13.280 que salen. Por otro, la avenida de la Policía Local, aunque en su caso quizá tenga más que ver ser acceso a Puerto Venecia.

Según los aforos de tráfico, en el 2016 la confluencia entre la avenida Ranillas y Pablo Ruiz Picasso, con llegada desde el puente, soportaba 44.730 vehículos de media, frente a los 36.000 del 2006, un 24% más. Hay que tener en cuenta que esta infraestructura se construyó en el 2008.

Este volumen de vehículos atraviesa el distrito por estas dos arterias principales y por la de Valle de Broto. Tres puntos en los que han aumentando los decibelios de ruido por encima de los 75.

DEMANDA / Si se analiza el comportamiento de los conductores en la última década y, sobre todo, desde que el tranvía funciona a pleno rendimiento (2013), se observa cómo evitan circular cerca de su plataforma. Ha supuesto una gran descongestión en las calles del entorno. Por ejemplo, en el centro, es el caso de la avenida Anselmo Clavé, que desde el 2006 ha perdido alrededor de 5.000 coches. O Camino de las Torres, con cifras similares a 10 años antes. Clavé, que ya es una zona expuesta al ruido, se presenta como la calle alternativa por la que derivar el tráfico de cara a la construcción de la futura línea 2 del tranvía, que recorrería los paseos María Agustín y Pamplona.

En la última década pocos son los puntos en los que ha habido un aumento de la circulación. Por ejemplo, sí pasan más coches por la confluencia de Gómez Laguna con el tercer cinturón, pero son poco más de 5.000. Alrededor de mil más de media lo hacen en el cruce con Isabel la Católica y el de la avenida Madrid ha perdido más de 9.000 vehículos. En el tramo de Las Fuentes los datos son similares.

La incorporación del tranvía y la reducción de carriles en las grandes arterias no ha logrado derivar el grueso del tráfico al anillo que rodea la ciudad, sino distribuirlo en recorridos alternativos, pero en el interior.