Este posible caso de abusos sexuales en Épila sale a la luz a escasos días de cumplirse un año de la detención del cura de Borja, Florencio Garcés, por la presunta descapitalización de las cuentas parroquiales. La Guardia Civil le arrestó por supuestamente apropiarse de forma indebida de 186.000 euros para pagar las presuntas extorsiones de los miembros de una familia de etnia gitana, conocida como Zapato Veloz, por unas fotografías de contenido erótico. En este caso, el obispo de Tarazona, Eusebio Hernández, defendió la "total" inocencia de su religioso, por lo que aseveró que "la Iglesia turiasonense no se sentía perjudicada". Ante la falta de acusación particular, el abogado defensor del sacerdote, Enrique Trebolle, señaló que "debía archivarse porque la única competencia reside en la Santa Sede". A ella acudió hace unos meses la jueza instructora de Tarazona, Nieves Pérez, que, a través de una carta, pidió al papa Francisco que se pronuncie ante estos hechos ocurridos en el seno de la parroquia de Borja.