Caspe vivió ayer una jornada festiva en la que se recreó el juramento del compromiso que en 1412 llevó al trono al rey Fernando I de Aragón. Más de cien actores y figurantes, ataviados con vestimentas medievales, participaron en la representación.

Aunque el viento y la lluvia enturbiaron la tarde, los actos previstos se mantuvieron y los caspolinos pudieron disfrutar de la recreación. La jornada comenzó por la mañana, a las 11.30 horas, con la toma de posesión de la colegiata y del castillo por parte de Domingo Ram, que pasó a ser el señor interino de la villa.

Después, y como novedad respecto al año pasado, cada uno de los aspirantes al trono se presentó públicamente para explicar a los asistentes quiénes eran y qué argumentos esgrimieron. También se recreó por primera vez cómo se preparaba para la batalla el futuro rey mostrando las armas, las armaduras y las insignias de una casa real hispana.

Por la tarde, a partir de las 17.30 horas, se represtó la llegada y presentación de los demás compromisarios, su enclaustramiento en el castillo, la salida de la fortaleza y la llegada solemne a la escalinata de la colegiata.

El acto central de la jornada tuvo lugar con la recreación de la eucaristía oficiada por Pere Çagarriga, así como el juramento de los compromisarios ante el lignum crucis y los evangelios. Para finalizar se llevó a cabo el homenaje de los alcaides y los capitanes generales a los nuevos dueños de la villa.

Estos hechos, ocurrieron en realidad en 1412 cuando a la muerte del rey de Aragón Martín I --conocido como El Humano-- sin descendencia alguna, el reino aragonés quedó expuesto a una guerra civil. Pero se buscó una solución, que ha sido reconocida a lo largo de la historia como ejemplo de concordia y entendimiento. Así, nueve hombres versados en leyes, tres por cada uno de los brazos del Reino: Aragón, Valencia y los Condados Catalanes, se reunieron para decidir mediante el diálogo y el compromiso cuál de los candidatos que alegaban sus derechos a la Corona sería el más legítimo para ocuparlo.