El medio rural está viendo en las energías renovables una oportunidad para que, tanto ayuntamientos como para particulares, logren unos ingresos extraordinarios gracias a los impuestos y los alquileres de los terrenos. Ningún pueblo quiere quedarse sin el caramelo de un parque eólico o fotovoltaico si cumple las condiciones técnicas para acoger un proyecto de este tipo. Este interés ha despertado la rivalidad entre municipios y también entre comunidades autónomas. Uno de estos casos se da en el Maestrazgo turolense y su entorno, donde los proyectos que está promoviendo Forestalia ha levantado recelos en Castellón y la Comunidad Valenciana.

La propia Generalitat Valenciana ha expresado su oposición a un conjunto de instalaciones que la empresa aragonesa pretende poner en marcha en Teruel, pero que tendrían su punto de evacuación en Morella (Castellón). En concreto, se trata de solicitudes administrativas para 22 parques eólicos y tres fotovoltaicos con una potencia de 1.216,8 megavatios (MW), una capacidad adicional a los cerca de 2.000 MW que se adjudicó en las subastas del Gobierno del 2016 y 2017.

Para dar salida a la energía que generen estas 25 plantas renovables, Forestalia ha previsto utilizar la subestación de Red Eléctrica de España en Morella (Castellón), según avanzó el periódico Levante-EMV. Así lo confirmaron a este diario fuentes de la empresa liderada por Fernando Samper. «Nos tenemos que adaptar a la planificación del mallado eléctrico que existe, lo que hace que el punto de evacuación más lógico y cercano sea el de Morella», apuntaron.

El Ejecutivo valenciana rechaza esta opción porque considera que limita las posibilidades de nuevos proyectos renovables en esa región. De hecho, ha emitido un informe desfavorable a una consulta realizada por Forestalaia a la Dirección de Biodiversidad y Calidad Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica.