"La iglesia, donde están los goyas, está muy bien conservada", explicó el prior de la comunidad de monjes de la Cartuja de Aula Dei. De hecho, según indicó, varios técnicos están trabajando estos mismos días en la conservación de las pinturas, una de las principales riquezas artísticas del monasterio. Las pinturas son once óleos plasmados sobre los muros del templo por el pintor aragonés en el año 1774. De los once iniciales quedan siete, que han sido sometidos a trabajos de restauración costeados por las administraciones --básicamente el Gobierno de Aragón--. Las obras sufrieron fuertes deterioros durante los 66 años en los que la orden tuvo que abandonar el complejo religioso. Perdió su propiedad en 1835, con la desamortización de Mendizábal, y volvió a ocuparlo en 1901. De hecho, en esa época se perdieron los cuatro óleos ya desaparecidos. Los siete restantes tuvieron que ser retocados por otros pintores al poco tiempo de haber regresado los monjes a la Cartuja para evitar que se perdieran de forma definitiva. La mayoría de las pinturas conservadas tienen unas dimensiones de tres por ocho metros, aunque alguna llega a los diez. Hay una de tres por cinco. Únicamente es posible contemplar el conjunto pictórico con reserva telefónica previa y para grupos de un máximo de cincuenta miembros. Solo se puede visitar la iglesia, pero no el resto de las dependencias del monasterio.