La Generalitat ha abierto hoy la vía para presentar un contencioso administrativo contra el Gobierno de Aragón para pedir la nulidad de todas las sentencias del Juzgado nº2 de Huesca por el caso de las pinturas del monasterio de Sijena que se encuentran en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).

El Govern sostiene que el Ejecutivo aragonés ha excedido sus competencias judiciales y que no dispone de capacidad para representar a la monja Virginia Calatayud, que cedió sus poderes al Gobierno de Aragón.

Por ello, ha presentado un escrito ante el Gobierno aragonés en el que pide la anulación de los acuerdos de gobierno de 2013, que ordenaron el inicio de acciones judiciales por las pinturas en disputa.

En este escrito, que es un paso previo a la presentación del contencioso administrativo, el Departamento de Cultura esgrime que "la representación por parte de los Servicios Jurídicos del Gobierno de Aragón de una entidad privada religiosa es ilegal puesto que excede lo estipulado en la normativa reguladora de los servicios jurídicos de Aragón".

El Govern sostiene que, al representar a la monja Virginia Calatayud, el gobierno aragonés está "representando intereses privados" y excediendo sus competencias.

El pasado noviembre, el MNAC presentó varios informes en los que mostraba su "oposición absoluta" a la devolución provisional de las pinturas murales al monasterio de Sijena, ya que consideraba que existían "riesgos extremadamente altos".

En ese escrito de oposición, el museo detalló al Juzgado nº2 de Huesca "los riesgos y las consecuencias de una posible restitución provisional del conjunto pictórico".

El MNAC sostenía que, "por sus características técnicas y los daños padecidos a lo largo de la historia, presenta una fragilidad extrema y una gran sensibilidad frente a cualquier cambio en su entorno, de temperatura, humedad relativa o calidad del aire, o posible tensión, vibración y movimiento".

Las pinturas en cuestión son del año 1200 y fueron devastadas por el fuego durante la Guerra Civil española.

El director del MNAC, Pepe Serra, se opuso al traslado provisional de las pinturas porque, como la sentencia no era firme, "si la sentencia fuera revocada, resultaría imposible restituir las pinturas al museo, sometiéndolas a un segundo traslado".