El plan de inversiones presentado por Endesa para contribuir a la transición justa de Andorra tras el fin del carbón ha tenido una acogida desigual. Los sindicatos se han mostrado satisfechos con la propuesta de acompañamiento al cierre de la térmica, que cuenta con un presupuesto de 1.487 millones, pero el Ejecutivo autonómico ha expresado cierta tibieza y cautela. La plataforma de trabajadores de las subcontratas de la central es también escéptica, mientras que el alcalde de la villa minera, Antonio Amador, y el vicepresidente y consejero de Industria de la DGA, Arturo Aliaga, eludieron dar una valoración.

El macroproyecto de Endesa, que contempla instalar en la zona 1.725 megavatios de renovables, sí ha convencido al comité de la central. Su presidente, Hilario Mombiela, calificó de «ambicioso» el plan y las mejoras que ha incorporado en cuanto a creación de empleo e impacto económico. Destacó que las actuaciones, tanto en el desmantelamiento de la térmica como en la construcción de parques fotovoltaicos y eólicos, «nos da un colchón de seis años para asentar empresas que creen empleo».

Otro aspecto que valora la parte social es que las instalaciones de energías verdes crearán 138 empleos fijos en trabajos de operación y mantenimiento, casi el doble de los estimados en el proyecto inicial. En este sentido, los sindicatos confían en que una parte de ellos sean de plantilla propia de Endesa y creen que su proyecto se hará finalmente con la capacidad de evacuación de la térmica, que saldrá a subasta.

Por su parte, el presidente de Aragón, Javier Lambán, aseguró que la «música suena bien» pero pidió «cautela» hasta conocer en detalle el plan, que dijo haber conocido por la prensa, ya que no se le ha presentado formalmente. «De ser cierto lo que se ha dicho, sería una medida positivamente razonable», apuntó, pero agregó que hace ya tiempo que se toma con prudencia los anuncios que vienen de la eléctrica.

GOTEO DE DESPIDOS

«Es un plan potente y se ha elaborado seriamente. Ya tenemos los números para ponernos a trabajar», afirmó el responsable provincial de UGT Teruel, Alejo Galve, quien destacó que la eléctrica dará prioridad al personal de las subcontratas de la central en los cursos de formación que empezarán a impartir en los próximos meses y que priorizarán la contratación de este colectivo en las empresas que se encarguen del desmontaje de la térmica y de la construcción de los parques de renovables.

A pesar de estos compromisos, entre el personal de las subcontratas cunde el pesimismo. Y no es para menos, el goteo de despidos en estas empresas es constante desde hace meses y se acelerará en los próximos meses al quedar carbón para solo cinco o seis semanas de funcionamiento de la central. Maessa, una de las principales auxiliares de la térmica, está ofreciendo ya bajas incentivadas para aligerar su plantilla. «No nos creemos el plan de Endesa: es todo para quedar bien de cara a la galería», señaló José Alberto López, miembro de esta la plataforma que agrupa a este colectivo. «Vivimos con una absoluta incertidumbre. Nadie saber ni siquiera cuando empezarán los trabajos de desmantelamiento», agregó.

CURSOS DE FORMACIÓN

Uno de los pilares del plan de futuro para Andorra diseñado por Endesa es la formación. La compañía prevé empezar en marzo a impartir los primeros cursos, que se dividen en tres modalidades: trabajos de desmantelamiento de la térmica, energías renovables (montaje de placas solares y operación de plantas) y habilidades transversales. La firma cree que 1.050 personas se beneficiarán de esta formación, de los que 750 estarán en seis cursos sobre renovables. Los alumnos entrarán en la bolsa de trabajo de la que se nutrirán las empresas adjudicatarias del desmontaje y de construcción de los parques.