Como defensor acérrimo de la sanidad pública, culminar la vida profesional al frente de la Sanidad aragonesa ha sido para Sebastián Celaya "muy placentero", pero ha optado por dejar esta responsabilidad al haber cumplido 65 años y pedir, cuando se incorpore a su puesto en el Hospital Clínico, la jubilación.

"Me voy a mi casa", ha subrayado Celaya en la comparecencia con el presidente de Aragón, Javier Lambán, en la que ha informado de su dimisión al frente de la Consejería de Sanidad tras tres años de gestión, de la que se ha mostrado "muy satisfecho" porque a pesar de las dificultares todos los objetivos programáticos con los que el PSOE se presentó a las elecciones están "encauzados".

A pesar de que solo quedan diez meses para las próximas elecciones, Celaya ha asegurado que su opción siempre ha sido "retirarse a tiempo" y, de hecho, ya presentó su dimisión en abril el día que cumplía los 65, el 26, y ha permanecido en el puesto hasta el final del curso político como le pidió Lambán, que como ha admitido, sus esfuerzos para convencerlo de que siguieran hasta el final de la legislatura "han resultado infructuosos".

Celaya ha insistido, en ese aspecto, en que "hay que saber retirarse en el momento preciso", en su caso a los 65 años, aunque suponga no acabar la legislatura dirigiendo la consejería de Sanidad, un cargo que aceptó "con entusiasmo", sabiendo que no iba a ser fácil porque la situación era "muy complicada" por los recortes.

Se marcha porque esa es su decisión y no porque haya tenido diferencias en el seno del Gobierno, en el que ha estado "encantado", ni problemas con Podemos, con los que ha tenido buena relación, y aunque en su opinión les falta "mucha experiencia" y en ocasiones, en el ámbito de la sanidad en concreto, son "un poco ilusos pensando que las cosas se solucionan fácilmente", han traído "aire fresco" a la política.

Y aunque le hubiera gustado hacer las cosas "más deprisa", su balance es satisfactorio, entre otras medidas, por la aprobación del nuevo plan de recursos humanos de Aragón y por ser la primera comunidad en convocar una oferta de empleo público extraordinaria, a su juicio fundamental para solucionar la falta de especialistas o los puestos de difícil cobertura.

También por el inicio de las obras del hospital de Alcañiz y la licitación del de Teruel, que estarán terminados en 2021 y 2022, respectivamente, la apuesta por la salud mental o por la atención primaria, la inversión en alta tecnología, el plan de salud de Aragón presentado recientemente o el convenio con el Hospital de la Defensa, aunque habría querido reducir "un poco más" las listas de espera, reorganizar los hospitales, sobre todo el Servet y el Clínico, o construir más centros de salud.

Además, está satisfecho de haber podido participar en el consejo interterritorial en el que la ministra de Sanidad, Carmen Montón, ya manifestó la decisión del Gobierno de recuperar la sanidad universal que el PP "había cercenado" con un decreto "de tan infausta memoria".

Una labor "espléndida" en una etapa de dificultades económicas en la que el ejercicio de la política no ha sido fácil, más en una consejería complicada de la que está siempre pendiente la opinión pública, ha dicho Lambán, quien como amigo "para toda la vida" ha deseado a Celaya "una vida plena de felicidad".

Nacido en Huesca en 1953, licenciado en Medicina y Cirugía y doctor en Medicina, Celaya ha desempeñado múltiples cargos en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza y ha sido responsable de la gestión del Consorcio Aragonés Sanitario de Alta Resolución (CASAR); del Sector Sanitario de Zaragoza III; del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa y del Royo Villanova.

En su despedida ante los medios, ha agradecido a Lambán el apoyo que siempre le ha dado y a su equipo y a todos los funcionarios que han trabajado "muy duro" y a todos los profesionales del Servicio Aragonés de Salud por mantener la calidad de la asistencia "en épocas duras y difíciles", y para quienes espera que puedan recuperar poco a poco los recursos económicos perdidos.