POR

ADRIANA OLIVEROS

En total, 550 años de casados. Sustos aparte, es lo que suman las once parejas senior que celebraron sus bodas de oro en la cita que anualmente organiza el Centro de Mayores del Boterón de Zaragoza y que ayer tuvo más relumbrón que nunca, con misa en San Nicolás y comida al canto en el Guetaria. Ellas, perfumadas y guapetonas, desfilando con sus ramos. Ellos, con sus trajes impolutos, agarrados de su media naranja. Tomás Pérez y María Luisa Auseré, Fabián Esteban y María Luesma, Araceli Cólera y Andrés Fernández, Carmelo Bellé y Carmen Pardillos, Pilar Alierta y Angel Bescós, Angel Fernández y Alicia Quílez, Elisa Segura y Rafael Martínez, Felipe Gonzalo y Eugenia Yus, José Giménez y Dolores Peral, Cresencio Mariano y Josefina Simón y los ya asiduos de la lupa Lorenzo Remacha y Ascensión Giménez fueron los dúos protagonistas de una velada con 300 invitados a la que no le faltó nada. Actuación de la Rondalla del Huerva (del centro Laín Entralgo), placas y baile de propina. Ni un minuto descansó para ultimar los detalles la junta del centro, presidida por Abilio Tofé, e integrada también por Juan José Continente, Fernando Sancho, Pablo Lahoz, José Luis Gil, José María Nuviala, Gerardo Frontiñán y Angel Coscolín. Nadie olvidó invitar al convite al director del Boterón, Joaquín Buera, a la médico del mismo, Eugenia Funcia, y a su trabajadora social, Concepción Muñoz. Y todos (hijos, sobrinos y amiguetes de los contrayentes ) se unieron a la comilona, al bailoteo y a la felicitación colectiva por 50 años de casorio. ¿El secreto de su éxito? "Paciencia, amor y humor", dijo una novia . La receta parece fácil. A ver quién le coge el punto.