La central térmica de Andorra vuelve hoy a la actividad después de que haya estado parada los últimos cuatro meses. Según fuentes sindicales, este parón se ha debido a que los precios del mix energético han estado muy bajos, por lo que no ha sido rentable producir, y se ha encarecido de forma considerable el precio de las emisiones de cada tonelada de CO2.

No obstante, la actividad en la instalación vuelve hoy, cuando está previsto que acople uno de los grupos que trabajan en la central eléctrica turolense. Fuentes de Endesa explicaron a Europa Press que en una reunión mantenida con los representantes de los trabajadores la semana pasada se les comunicó que en el actual escenario la previsión es que solo operen dos grupos de aquí a lo que resta de este año.

La central térmica estará operativa hasta el 30 de junio del 2020, fecha en la que entrarán en vigor los nuevos límites obligatorios de emisiones establecidos por Europa y en la que, por tanto, deberá dejar de producir. En este contexto, Endesa ha presentado un Plan de Futuro destinado a compensar los efectos del cierre a través de diversas medidas. Esta iniciativa incluye el respeto de los puestos de trabajo de los 153 empleados de la central, así como dar prioridad a la contratación de trabajadores de las auxiliares para el desarrollo de las actividades de cierre y desmantelamiento de la planta, que se prolongarán durante un periodo aproximado de entre 4 y 6 años, y que generarán alrededor de 130 empleos, con puntas de hasta 200.

El Plan de Endesa incluye la realización de importantes inversiones para la construcción de nuevas instalaciones energéticas en la zona de la central. Esta es una de las reivindicaciones principales en una comarca que depende de forma directa e indirecta de la actividad de la central, y que reclama medidas que palien el problema que conlleva el cierre de la central si no se produce un plan que compense su clausura.