El Centro de Control de Tráfico de la Policía Local en Zaragoza cuenta ya con 70 cámaras situadas en los puntos más conflictivos del tráfico rodado, en particular en intersecciones, desde la plaza del Aragón a la avenida de los Pirineos. Estos dispositivos se han revelado muy útiles para prevenir la congestión de las calles y dar fluidez a la circulación. Por ello el área de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza está a punto de crear un tercer turno (en la actualidad hay dos), lo que supondrá pasar de una plantilla de 10 operarios a otra de 16.

De esa forma, la vigilancia de movimiento de vehículos cubrirá toda la jornada. «La ampliación se llevará a cabo en breve», señala José Antonio Chanca, jefe del servicio de Movilidad Urbana. «Las cámaras que utilizamos filman las incidencias en el tráfico, pero las imágenes no se almacenan, de forma que no tienen aplicación en materia de seguridad ciudadana», indica Chanca.

Ahora mismo no aumenta el número de cámaras colocadas, pero las existentes se están sustituyendo por otras de un modelo más avanzado. El Centro de Control de Tráfico trabaja en coordinación con la Policía Local, que se encarga de supervisar las grabaciones. Estos dispositivos de grabación de imágenes resultan además útiles en las situaciones en que se altera la circulación, por ejemplo cuando se producen manifestaciones que obligan a variar los recorridos habituales de los conductores.

En la sala de control, situada en la calle Albareda, los técnicos del ayuntamiento siguen en distintos monitores la evolución del tráfico en todos los puntos de la ciudad donde hay cámaras instaladas. Su área de actuación incluye los anillos de circunvalación más próximos al casco urbano y alcanza hasta el tercer cinturón o Z-30.

Sin embargo, la Z-40, en la que desembocan todas las carreteras de carácter nacional que confluyen en la capital de Aragón, es competencia del Centro de Gestión de Tráfico de la Dirección General de Carreteras (DGT), que tiene competencia sobre las vías interurbanas, como la A-68, la A-2 y la A-23. La Z-32, que enlaza con la A-68 y la denominada AP-68 y encauza el tráfico de salida y entrada de Zaragoza, también cae dentro de su ámbito de vigilancia.

Ocasionalmente, cuando ocurre algún incidente que lo requiere, ambos centros de control, el urbano y el interurbano, se coordinan con el fin de que la circulación en los accesos a la capital aragonesa se vea afectada en la menor medida posible.