Casi cinco años llevan esperando los vecinos de Oliver la construcción de un centro cultural. Ahora, después de un sinfín de errores administrativos y problemas urbanísticos, acaba de salir a exposición pública el proyecto de ejecución del edificio, más de 5.000 metros cuadrados distribuidos en cuatro alturas.

El proyecto es ambicioso. Con un presupuesto de 4,7 millones de euros, se prevé levantar un espacio que incluirá una biblioteca distribuida en dos plantas, un centro de tiempo libre, una ludoteca, una sala multiusos con capacidad para unas 80 personas y la sede de la Junta Municipal de Oliver-Valdefierro.

El centro cultural se ubicará en la confluencia de las calles San Alberto Magno y Antonio Leyva (eje vertebral del barrio). Las características técnicas del proyecto se asemejan a las del centro cultural construido hace unos años en La Almozara. También en Oliver se dispondrá de una terraza exterior en la que se instalará una zona de juegos y donde se organizarán espectáculos al aire libre.

La entrada principal al edificio se realizará a través de la puerta situada en la calle Leyva. Desde allí se accederá al vestíbulo principal que comunicará directamente con el centro de tiempo libre, la ludoteca, la biblioteca, un salón de actos de 247 metros cuadrados y la gran sala multiusos de 506 metros. También desde ese distribuidor se podrá acceder verticalmente al resto de dependencias.

En la primera planta se ubicará otra sala de la biblioteca y la junta de distrito cuya sede se encuentra actualmente en un local de reducidas dimensiones en la calle Muniesa (cedido por el Gobierno de Aragón). En cuanto a las tres plantas restantes, los arquitectos han distribuido aulas, talleres y salas de unos 40 metros cuadrados para realizar distintas actividades.

ESCASEZ DE LOCALES Una vez superado el periodo de exposición pública, el Ayuntamiento de Zaragoza tiene previsto proceder a la licitación y adjudicación del proyecto, de forma que las obras podrían comenzar en el primer cuatrimestre del 2005.

Esta noticia es recogida por los miembros de la Asociación de Vecinos de Oliver con cautela puesto que, después de casi cinco años de retrasos por problemas urbanísticos, "no sorprendería que ahora apareciese un nuevo obstáculo". En cuanto al diseño de los arquitectos Mariano Tobías y Angel Hernández no plantean objeción. Les gusta.