Atarse los cordones de los zapatos, hacerse la cama o asearse son tareas que pueden volverse complicadas a determinadas edades o después de haber sufrido un accidente. El nuevo hospital de día de Teruel pretende compaginar la atención a personas mayores con pacientes que precisan de rehabilitación.

Para ello cuenta con capacidad para 15 personas que necesiten de una recuperación y para 20 enfermos ya ingresados en el hospital San José que son atendidos por dos geriatras, dos enfermeras, un terapeuta, un trabajador social, cinco celadores y dos fisioterapeutas.

COMPLEMENTO El consejero de Salud del Gobierno de Aragón, Alberto Larraz, dijo ayer en su inauguración que las nuevas instalaciones suponen "un complemento al dispositivo que gestionaba la Diputación Provincial de Teruel y que forma una entente beneficiosa entre el actual hospital San José y el Obispo Polanco para la atención tanto de personas mayores como para aquellas que necesitan de una preparación especial que les ayude a llevar una vida normal".

La inversión destinada al nuevo centro, que cuenta ya con una ocupación del 50% de sus plazas, asciende a 690.000 euros en las obras de adaptación de lo que fue el pabellón de enfermos infecciosos del antiguo hospital provincial, y 175.000 euros en equipamientos.

Al acto de inauguración asistieron, además, la alcaldesa de Teruel, Lucía Gómez, el presidente de la diputación, Miguel Ferrer, y otras autoridades, además de la viuda y el hijo del que fue director del hospital durante 16 años, Antonio Bravo, y en cuya memoria se descubrió una placa con su nombre.

Larraz avanzó además que el nuevo centro de salud que se construirá en el Polígono Sur de Teruel comenzará a funcionar antes de que acabe la presente legislatura y, en cuanto a la Unidad de Agudos del Obispo Polanco, dijo que espera que inicie su actividad antes del verano. Del mismo modo, auguró que las obras del psiquiátrico estarán acabadas a finales del año.