Los centros sanitarios han detectado, en las últimas semanas, un repunte de casos de paperas tanto en adultos como en niños. «Se producen estas olas epidémicas desde hace varios años», indicó la pediatra de un centro de salud de la capital aragonesa. Además, también se ha registrado algún caso de meningitis por parotiditis (paperas) aunque «son muy benignas», matizó esta profesional.

Pero las paperas también están afectando a adultos, aunque, de momento, «son casos esporádicos», afirmó un médico de familia que asegura haber tratado a «varios pacientes» aquejados de esta dolencia.

El último boletín epidemiológico, emitido por Salud Pública correspondiente a la semana del 16 al 22 de julio, ya advertía de un número de casos detectados, a lo largo del año, superior a lo previsto. En lo que va de 2018 se han registrado ya un total de 267 casos de paperas, cuando la media de los cinco últimos años hacía presagiar 177. Solo la última semana se registraron una veintena de afectados.

La incidencia de paperas viene siendo alta en los últimos años. En el 2017, por ejemplo, ya se registró un incremento notable de casos que Salud Pública achacó a la baja efectividad del componente de parotiditis en la vacuna triple vírica, su reducción con el paso del tiempo y una mayor pérdida de protección en una cepa durante los años 90.

En todo caso, ni entonces ni ahora hay motivos para la alarma. Las paperas, una infección vírica contagiosa que causa un agrandamiento doloroso de las glándulas salivales, no suelen presentar complicaciones graves. De hecho, en muchos casos los síntomas son tan leves que las paperas pasan desapercibidas. Estos suelen ser fiebre, dolor local, dificultad al tragar, salivación y aumento de volumen de las glándulas parótidas o submaxilares que se pueden manifestar en plazos entre tres y diez días. Se contagia a través de secreciones aéreas y de la saliva.