Los centros de salud aragoneses realizarán las pruebas PCR (siglas en inglés de Reacción en Cadena de la Polimerasa) destinadas a la detección precoz del covid-19. De hecho, esta prueba de diagnóstico, que permite detectar un fragmento del material genético de un patógeno, se estaría efectuando por parte de un equipo móvil de enfermería en la provincia de Huesca, pero la toma de muestras se generalizará en los centros aragoneses en las próximas fechas.

La medida, que se aplicará a nivel estatal, persigue que esa extensión de las pruebas PCR a la Atención Primaria se implante en la comunidad cuanto antes, aunque los plazos definitivos dependen de la disponibilidad suficiente de los hisopos con los que se realizan las pruebas.

Hasta ahora, los profesionales de los centros de salud podían indicar la realización de las PCR, pero era el personal del 061 -o el de Urgencias del hospital- el que las llevaba a cabo. A partir de ahora, los centros de salud se convertirán en el epicentro del sistema sanitario en busca de la detección precoz de enfermos destinada a aislar a los pacientes que den positivo y sus contactos y, de este modo, apagar nuevos focos de contagio y hacer frente a posibles nuevas oleadas.

De momento, ya se están acometiendo actuaciones relacionadas con esta iniciativa. Así, equipos móviles compuestos por personal de enfermería de Atención Primaria y de Atención Continuada en la provincia de Huesca ya realizan esa toma de muestras, aunque, en este caso, se opta por el desplazamiento a los lugares donde sea necesario ya que se considera que, en zonas con poca población, este sistema es mas eficiente que el traslado del paciente al centro de salud correspondiente. Según ha podido saber este diario, esta toma de muestras a través de equipos móviles ya se estaría llevando a cabo en los sectores sanitarios de Huesca y de Barbastro.

La cercanía de la Atención Primaria a la población supone un argumento determinante para que este sector se convierta ahora en el pilar básico de esa extensa red de seguimiento de la epidemia que se pretende tejer en todo el país.

Así, cuando un paciente acuda a un centro de salud presentando síntomas compatibles con el covid-19 podrá ser sometido a la prueba PCR, algo que, hasta ahora, se gestionaba desde el 061 y que pasará a estar a disposición de la Atención Primaria para la detección de casos y contagios. «Se trata de facilitar la indicación directa, pero manteniendo la toma de muestras en el hospital Militar a un paciente que pueda desplazarse o, si es mayor y no puede, llevarla a cabo en el domicilio, como venimos indicando hasta ahora», explican desde un centro de salud zaragozano.

Pero la nueva disposición de este sistema de diagnóstico obliga a acometer una profunda reestructuración de los centros de salud. Por ejemplo, en lo que se refiere a la organización del transporte de las muestras al laboratorio y que exige un dispositivo de bioseguridad con un sistema de embalaje y que deberá implantarse en unos centros que, además, deberán contar con una gran cantidad de equipos de protección individual. «La visión temporal de este nuevo sistema es larga ya que el virus no se va a ir y permanecerá durante meses. Por eso es necesario planificarlo todo bien de cara a que todo esté bastante controlado de cara al otoño y al invierno, cuando surjan otros virus, y no se produzca un cocktail explosivo», explica un coordinador de Atención Primaria.

La escasa fiabilidad de los test rápidos que sí se realizan ya desde los centros de salud también contribuye decisivamente a la indicación directa de los PCR desde Atención Primaria. «Hemos hecho muchos test rápidos y casi nunca ha dado positivo. Son muy poco sensibles y casi una pérdida de tiempo», lamentan desde otro centro de salud de la capital aragonesa. De hecho, Salud Pública ha admitido en varias ocasiones que «estas pruebas rápidas solo son válidas a partir del séptimo día desde la infección, por lo que no están indicadas en pacientes asintomáticos ni en aquellos cuyos síntomas son recientes. La sensibilidad de estas pruebas es de alrededor del 64% en pacientes con menos de siete días de sintomatología y cuando se superan llega al 85%».

En los centros de salud la utilización de test rápidos se prioriza para personas con diabetes, enfermedad cardiovascular, incluida hipertensión, enfermedad hepática crónica, enfermedad pulmonar crónica, enfermedad renal crónica, inmunodeficiencia, cáncer en fase de tratamiento activo, embarazo y mayores de 60 años, así como a profesionales de servicios esenciales y cuidadores, familiares y convivientes de los grupos anteriores.

Las instrucciones de Salud Pública establecen que si el resultado del test rápido es positivo se considera como infección confirmada y, si es negativo y hay criterio clínico de sospecha de infección, se valorará la repetición de la prueba rápida a los siete días de evolución si el cuadro clínico sigue una evolución leve o, en caso contrario, la realización de un test de PCR. «Un valor añadido de estos test rápidos, dada su alta especificidad y valor predictivo positivo, es evitar la realización de PCR en los pacientes en los que el test resulte positivo».

Pero los centros de salud reclaman test serológicos «fiables» para detectar «quién contagia y quién está curado» porque la PCR «sirve si la carga viral es alta, se hace pronto y con una buena técnica».