El Departamento de Educación del Gobierno aragonés delegará en los centros la aplicación o no de un nuevo concepto de deberes. No habrá imposiciones ni mandatos, sino libertad absoluta para que sean colegios e institutos los que gestionen las tareas escolares como consideren oportuno. De este modo, la Administración apela a la autonomía de los centros para que, si así lo desean, instauren en la escuela una nueva fórmula -que ya se aplica en algunos centros- basada en unos deberes personalizados, voluntarios y que no cuenten para nota.

Esa novedosa concepción se plasma en un documento que, como adelantó EL PERIÓDICO, elaboró, a finales del curso pasado, un grupo de trabajo diseñado por la DGA para abordar el debate sobre los deberes. Aragón se convertía, así, en una de las primeras comunidades en acometer esta faena, demandada desde hace tiempo desde varios sectores educativos.

LA HISTORIA

Hace ya dos cursos, el Foro de la Innovación fijó como una de sus metas este debate acerca de las tareas escolares. Entre las actividades del Foro, apoyado por todo el Departamento de Educación, se promovió la celebración de unas jornadas que se celebraron el pasado mes de diciembre en el IES Corona de Aragón de Zaragoza bajo el nombre Las tareas escolares en el proceso de aprendizaje. Este encuentro, abierto a toda la comunidad educativa, se planteó como un lugar de reflexión para aportar ideas y propuestas acerca de las tareas escolares por parte de expertos, docentes, miembros de la universidad, familias y experiencias de los centros de la propia comunidad.

Durante el encuentro se produjeron diversos talleres divididos por grupos entre los asistentes, en los que se planteó la posibilidad de crear un proceso participativo que sirviera de reflexión sobre las tareas escolares.

Un mes después, el Departamento de Educación convocó a los interesados para que participaran en un grupo de trabajo, abierto a toda la comunidad educativa, y se estableció un plan de trabajo.

Este grupo, formado por docentes, familias y técnicos del departamento, celebró durante el curso 2017-2018 tres encuentros presenciales en la sede del Centro Aragonés de Recursos para la Educación Inclusiva (Carei), así como diversas acciones en red, que permitieron la elaboración de un documento final que se llamó Proceso participativo: Las tareas escolares en el proceso de aprendizaje.

PRESENTACIÓN

Tras su presentación en el departamento a finales del curso recién finalizado, Educación dará a conocer su contenido a los centros educativos durante el 2018-2019 «y serán ellos los que, dentro de su autonomía, decidan su aplicación o cómo los adaptan a su propio plan de centro», indicaron fuentes de la DGA a este diario.

Ese extenso documento, de 37 páginas, propone que los deberes sean personalizados, no cuenten para la nota del alumno (aunque sí puedan evaluarse) y sean fundamentalmente voluntarios. También establece que deben servir para reforzar lo trabajado en clase, no para sustituirlo, apostando por «metodologías activas a través de nuevos mecanismos como las nuevas tecnologías», indica el texto.

En todo caso, Educación subraya que el propio texto «no se pronuncia a favor o en contra de las tareas escolares, sino que deja en manos de los equipos docentes de cada colegio su línea respecto a ellas, llamando a abrir posteriormente un debate con padres y alumnos».

En este sentido, el mismo documento expone que los acuerdos que se alcancen en cada caso «tendrían que ser recogidos en el proyecto educativo de cada uno de los centros».