Casi 700 niños aragoneses fueron víctimas de algún tipo de malos tratos durante el año 2003, según el informe anual del Consejo Económico y Social de Aragón, que destaca que la categoría de maltrato más habitual es la negligencia física y psíquica, seguida del maltrato físico y psicológico.

El perfil social de las víctimas corresponde mayoritariamente a hijos de familias numerosas, en precarias condiciones socioeconómicas y de vivienda, y con importante presencia en sus padres de afecciones de minusvalías, toxicomanías o enfermedades crónicas.

El servicio de Protección de Menores del Gobierno aragonés acogió ese año a 812 niños, mientras que otros 798 estuvieron sujetos a medidas de reforma y otros 354 a guarda o tutela. En ese periodo se presentaron 100 solicitudes de adopción.

El informe del Consejo resalta el problema de la violencia de género, de las que se presentaron, con 2.104 denuncias ante el Instituto Aragonés de la Mujer por maltratos físicos, psicológicos o agresiones sexuales, mientras que la Policía recibió 1.300.

POBREZA El estudio también incide en la pobreza que afecta a amplias capas sociales de la población aragonesa, dato que contrasta con ciertos indicadores de calidad de vida, como la escolarización, el equipamiento del hogar y otros elementos que definen a Aragón como un territorio relativamente próspero.

El número de hogares en el umbral de la pobreza, considerados así los que disponen de un renta familiar inferior a la mitad de la renta media sólo puede fijarse por aproximación, debido a la dispersión de los datos que dispone el Consejo. Esta situación afectaría entre el 13% y el 20% de la población de la comunidad.

Según los autores del informe, "la pobreza relativa y severa es principalmente un fenómeno urbano, mientras que en el medio rural son más frecuentes los casos de pobreza relativa, especialmente por el alto grado de envejecimiento" de la población.

Estas bolsas de pobreza son las que presentan un mayor grado de vulnerabilidad social. Sin embargo, no es el poder adquisitivo de las familias la única medida de los problemas de precariedad que afectan a los aragoneses.

El Consejo incide en la situación de las familias monoparentales, especialmente en la de aquellas regidas por mujeres solas con cargas familiares, que deben de compaginar sus obligaciones laborales con el cuidado de niños, enfermos, personas mayores o aquejadas por alguna disminución física o psíquica. En Aragón hay cerca de 6.500 hogares en los que una mujer adulta sola tiene a su cargo a uno o más niños.

Además, el 25% de las mujeres y el 12% de los hombres mayores de 65 años viven solos. Estas personas forman un colectivo muy vulnerable que sufre especialmente problemas de relación social, principalmente aislamiento y soledad, sobre todo las mujeres.

Las personas mayores son también un colectivo vulnerable por otras circunstancias puntuales, al pasar de una situación de fragilidad a otra de dependencia, de discapacidad, crónica y progresiva en la mayoría de los casos, que les impide la realización de actividades normales en su vida cotidiana.

Para poder desenvolverse, estas personas dependen del cuidado de los servicios sociales, además de los de médicos y enfermeros. Sin contar los casos de dependencia moderada, se calcula que alrededor de 46.000 aragoneses mayores de 65 años, el 17,8%, sufren discapacidad severa y total, y la tendencia es a incrementarse. Más información en pág. 35