El Gobierno de Aragón se encargó ayer del traslado de los alrededor de 900 cerdos que sobrevivieron a la inundación de una granja en Villafranca de Ebro, y que fueron llevados a dos instalaciones vacías en Ejea de los Caballeros para completar el proceso de engorde. Un episodio de aislamiento que está bajo investigación del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, igual que las muertes de otros animales, pese al aviso previo de la crecida. Según el ganadero, pidió 14 camiones a la integradora para el traslado y el viernes solo enviaron 6.

Fuentes de la DGA elevaban a cien los cerdos muertos en la instalación, el doble de lo que se estimaba anteayer. Pero en cualquier caso, palidecen respecto a los 600 lechones que perecieron en otra instalación de Tauste. En total han registrado 900 cabezas de ganado muertas, contando las citadas y las 200 ovejas arrastradas por el río Grío en la misma avenida que costó la vida a un pastor vecino de Codos.

Las pérdidas animales suponen a su vez un 2% respecto a los que han resultado afectados por la crecida, por traslados y demás circunstancias. Según el Gobierno de Aragón han sido 51.000 cabezas de ganado: 25.000 de porcino, 21.000 de ovino y 5.000 de vacuno, la mayoría, aunque no todas, por el río Ebro.