«Algunos puestos de cerezas se han quedado sin mercancía y hemos traído más que el año pasado», aseguró la nueva alcaldesa de Bolea, Maribel Bailo, quién aseguró que es «muy emotivo» estrenarse como edil en una cita tan importante para la localidad, ya que «la gente conoce de primera mano el producto estrella del municipio», añadió.

Desde la primera hora de la mañana, las calles de Bolea y los diferentes puestos de la localidad se fueron poblando de asistentes hasta la plaza Mayor, donde tuvo lugar la gran inauguración de su ya tradicional Feria de la Cereza.

Las delicias rojas fueron degustadas en la jornada de ayer por más de 10.000 personas que acudieron a esta cita anual. Además de promocionar y poner en valor la calidad del fruto cultivado en esta localidad de la Hoya de Huesca, la jornada es una oportunidad para comprar las mejores piezas de este apreciado y dulce producto. «Este año estoy segura de que hemos alcanzado el récord de asistentes y de ventas en la feria», comunicó Bailo.

Y es que desde las 11.00 de la mañana hasta las 14.00 horas, no cabía ni un alfiler en la plaza. «El día ha sido muy bueno por el buen tiempo que ha hecho», divulgó la alcaldesa quién calificó de «éxito rotundo» al ver la multitud de personas que se fueron acercando a los diferentes puestos a lo largo de la jornada.

La celebración ha alcanzado su 20 aniversario, un tiempo en el que ha logrado convertirse en una fecha ineludible del calendario ferial de Huesca, sobre todo desde que en el 2006 fuera declarado un certamen oficial.

Este año la recolección de la cereza se vio afectada por el mal tiempo al inicio de la campaña debido al viento, la lluvia y las bajas temperaturas. La situación ha cambiado en las últimas semanas, en las que ha lucido el sol, un tiempo ideal para que madure y alcance su máxima calidad.

«Estamos teniendo mucho trabajo en la feria», manifestó un recolector quién confirmó que «los días previos al acontecimento he podido recoger más de 1.400 kilos de cerezas». Todas ellas, fueron vendidas ayer. Esto es debido a que el buen tiempo ha acompañado la campaña. «El año pasado se estropearon las tempranas casi un 20% de la cosecha total», divulgó un vendedor de la feria.

Este cultivo es muy querido por los vecinos de la localidad, pero juega también un papel clave para su sector agrícola. Es por ello que la cereza de Bolea cuenta incluso con su propia marca distintiva.

La producción de esta fruta en el municipio se mueve entre los 80.000 y 100.000 kilos al año con más de 30 variedades y, cada año, este certamen contabiliza una media de compra de unos 7.000 kilos de producto.

El año pasado fueron 6.500 kilos y este año la organización, a espera de tener las cifras oficiales, esperaba superar los más de 10.000 kilos de cerezas. «Muchos puestos cerraron por quedarse sin existencias», contó la edil.

Bolea cuenta con dos grandes productores, uno de ellos es la cooperativa, que aglutina a muchos pequeños agricultores.

Durante la feria se pudo disfrutar de una oferta variada de actividades como la degustación de cerezas, la música en vivo y diversas exposiciones, sin olvidar la oferta cultural que habitualmente se puede disfrutar en esta localidad altoaragonesa, como su colegiata.

En la misma línea, el broche final para terminar por todo lo alto esta jornada lo puso el grupo de animación Artistas del Gremio que hicieron bailar a los habitantes de la localidad.

Aunque todavía no se tienen datos oficiales, el ayuntamiento aseguró que «seguro que hemos superado cifras de otros años».